“Se
nos quedó el maleficio de brindar al extranjero nuestra fe, nuestra
cultura, nuestro pan, nuestro dinero, hoy les seguimos cambiando oro
por cuentas de vidrios y damos nuestra riquezas por sus espejos con
brillos; hoy en pleno siglo XX nos siguen llegando rubios y les
abrimos la casa y los llamamos amigos”
(Fragmento
de la canción Maldición de Malinche)
Un
momento de reflexión mío. Del lector. Los países europeos
pretenden salir de la crisis estafando a América Latina.
Durante
el gobierno del muy aclamado ex presidente Álvaro Uribe, uno de sus
pilares en su política fue la confianza inversionista, donde se
incentivaba al extranjero a “invertir” en Colombia, según él,
para mejorar tanto la imagen como la economía del país. Esto dio
pie para que el Consejo Nacional de Política Económica y Social
(COMPES) en el 2008 definiera la construcción de varias
hidroeléctricas en diferentes lugares del país, al mismo tiempo
determinó el sistema de financiación y para colmo, cuando la
empresa Emgesa, filial de la multinacional española-chilena Endesa y
la hidroeléctrica italiana ENEL, presentó su proyecto para la
producción y el abastecimiento de energía sobre el rio Magdalena en
el Huila, fue autorizada por tiempo indefinido para la construcción
de la central hidroeléctrica El Quimbo.
Y
como no invertir en el Huila si es uno de los departamentos más
ricos en minerales, en los últimos 20 años fueron otorgados 43
títulos mineros en zonas declaradas de importancia ambiental; estos
43 títulos fueron otorgados por la Agencia Nacional de Minería en
zonas declaradas de importancia ambiental. Entre enero de 1998 y
octubre de 2010, 35 fueron concedidos en zonas de reserva forestal,
equivalentes a 3.749 hectáreas, 4 en zonas de parques naturales
regionales, equivalentes a 2.950 hectáreas y dos en áreas de
humedales que corresponden a 146 hectáreas. Más del 95 por ciento
de las solicitudes fueron radicadas por grandes compañías y
multinacionales. En zonas de parques naturales regionales, 65.220
hectáreas están dentro de dichas solicitudes.
No
son datos lejanos ni ajenos a nosotros, un ejemplo cercano y palpable
es el proyecto el Quimbo. Son más de cinco los municipios afectados
por la construcción de esta hidroeléctrica, que se financia con la
pobreza, el desplazamiento de sus tierras a cientos de campesinos, la
violación de los derechos fundamentales, la privación del
patrimonio cultural-arqueológico y como si fuera poco el rio
magdalena fue desviado pese a la multitud de protestas, considerado
como uno de los más importantes del país; pero el gobierno -nada
raro- no se pronuncia frente a esta problemática. Se conoce muy
bien que si en algún caso las obra del Quimbo se para (lleva un 50%
en la construcción) la pérdida del dinero no sería de la
transnacional, sino del mismo país, es decir,la plática saldría
del bolsillo de cada uno de nosotros.
Los
gobernantes se llenan la boca diciendo que el progreso ha llegado al
Huila, pues genera más de 3.000 empleos la construcción de la
hidroeléctrica, pero los lugareños se resisten teniendo en cuenta
la experiencia de Betania, un proyecto lleno de promesas que dejó
grandes impactos socio-económicos. Estas repercusiones fueron
reconocidas en mayor grado por la población, entre las que se
destacaron algunas de gran peso negativo como la alteración del
desempleo por perdida de la actividad agropecuaria. Aunque hay más
productividad en el área piscícola; la introducción de especies
extranjeras como la Tilapia hizo que se desplazaran especies nativas
del Magdalena. Son 7.400 las hectáreas inundadas y con ello la
inseguridad alimentaría del departamento se ve drásticamente
afectada, pues estas tierras pudieron haber sido usadas para cultivos
alimentarios alternativos.
Con
todo esto la pregunta que mesuscita la creación de las próximas 11
hidroeléctricas planeadas para el rio Magdalena es: energía ¿para
qué? Y ¿para quién?, es por ello que es necesario que todo lo
acontecido en el campo sea llevado a la ciudad a través de la lucha,
las movilizaciones, reclamar y exigir el cumplimiento de los
derechos, pues no basta con que estén plasmados en un papel, hay que
ponerlos en práctica. Alzar la voz en contra a la detención
arbitraria, persecución judicial, criminalización de la protesta
social en Colombia y un NO fuerte a los “negocios chimbos” que el
gobierno quiere hacer con los recursos naturales. “porque si el
campesino no planta, el trabajador de la ciudad no come”.
M.
YAQUELINE MONTEALEGRE
No hay comentarios:
Publicar un comentario