El pasado lunes 20 de junio fue detenido en el aeropuerto El Dorado Carlos Arturo Velandia, más conocido por su nombre de combatiente en el Ejército de Liberación Nacional - ELN, Felipe Torres. Carlos, oriundo de Bucaramanga, es miembro de una familia muy numerosa, tiene 13 hermanos, de los cuales el menor, fue secuestrado y desaparecido. Estudió su secundaria en un colegio histórico con mucho peso en la historia de los santandereanos, el Colegio Santander en Bucaramanga, situado al lado de la Universidad Industrial de Santander, por lo que el ambiente del movimiento estudiantil revolucionario de los 60´s lo impregnó desde muy joven.
Fue admitido a la carrera de Medicina en la UIS y es como activista estudiantil que inicia el camino que lo llevaría a convertirse en guerrillero. Comenta él en la entrevista realizada por Jaime Jaramillo “La palabra sin rejas”, como es este paso del activismo estudiantil a formar parte del Ejército de Liberación nacional “empiezan a hacerme llegar documentos, principalmente clandestinos, hasta que llega un momento en que una persona me contacta y me plantea la vinculación, una vinculación que yo la estaba deseando. Cuando me plantearon ¿Usted quiere ser del ELN? Me emocionó, me impactó mucho, me impactó primero que me lo estuvieran proponiendo y me conmocionó la posibilidad de ser un revolucionario en las filas del ELN. Desde luego dije que sí”.
Ingresó al ELN en los años setenta una época en que esta guerrilla se debatía en medio de una grave crisis. Acababa de pasar la catástrofe de la operación Anorí en la que muchos combatientes murieron o fueron capturados; y la precariedad de combatientes les hizo perder influencia en el territorio nacional. Para el año de 1978, tenían un poco más de 30 guerrilleros divididos en dos estructuras, uno en el oriente del país en la sierra motilona y otros en el nordeste de Antioquia y el bajo Cauca.
Es en este trajín de recuperar y fortalecer a la insurgencia, que Carlos, ya en ese entonces asumiendo la identidad de Felipe, asumió diversas tareas en “masas”, en lo militar y otras labores. Fue por su compromiso y destreza para el análisis político que llegó a ser Miembro de la Dirección Nacional.
El 24 de junio de 1994 fue capturado por la XIII Brigada en un establecimiento comercial del sur de la ciudad de Bogotá. El Ejército informó oficialmente que Felipe se encontraba en Bogotá trabajando en la organización de los Comandos Populares del Eln y las Milicias Populares de esa organización subversiva.
Según el diario El Tiempo, Felipe Torres era el cuarto hombre de la organización del Eln, después del cura Manuel Pérez y de Nicolás Rodríguez Bautista, Gabino, a pesar de no haber formado nunca del Comando Central, máximo órgano del ELN. Sin embargo, informaron que sí habría pertenecido a la Comisión Militar Nacional y habría liderado los Comandos Urbanos y los frentes Camilo Torres, Compañero Tomás y Compañía Anorí.
Luego de su captura, fue llevado a la cárcel La Modelo de Bogotá. Decía Carlos en la entrevista a Jaime: “llegar a la cárcel para mi significó una experiencia muy compleja, en un comienzo muy traumática, porque yo estaba más preparado en mi estructura mental para morir en combate que para caer preso”. Para el momento en el que se encuentra preso, junto con Pacho Galán, las cárceles vivían una problemática de hacinamiento –que aún perdura- bastante crítica, por lo que las revueltas y desobediencia de todos los presos se convirtió en algo común del sistema penitenciario, llegó un momento en el que habían veintiocho alzamientos en un mismo día en todas las cárceles del país, entre ellas la cárcel Modelo. Durante estas protestas de los internos, Felipe Torres, como era conocido en esa época, intermedió para lograr el acuerdo que permitiera mayor tranquilidad en la cárcel, a solicitud del entonces Ministro del Interior, Horacio Serpa.
Estando preso en la cárcel de Itagüí, fue vocero para los acercamientos de paz entre el Gobierno de Andrés Pastrana y el ELN. Salió con permiso del gobierno a Suiza, Cuba y Costa Rica. El primer viaje que realizó en la labor de paz fue a Río Verde, en el oriente antioqueño, allí paso tres días y cuatro noches debatiendo sobre la Convención Nacional y su alcance programático para la construcción de una paz negociada; luego de esta labor pedagógica, él y Pacho Galán regresaron a la cárcel de Itagüí dando muestras de confianza al gobierno nacional. El segundo viaje fue a Ginebra, Suiza en donde se convocó la realización de un encuentro con el propósito de tratar la necesidad de construir un gran consenso nacional para la paz; posteriormente viaja a San José de Costa Rica con motivo de un encuentro nacional e internacional para tratar los asuntos de inclusión de la sociedad civil en el proceso de paz. Y finalmente viajó a La Habana, a la cumbre de la paz.
Luego de estas gestiones, también fue vocero del ELN para los acercamientos entre esa insurgencia y el gobierno de Uribe. En el marco de esas gestiones, el presidente Álvaro Uribe Vélez ofreció en septiembre de 2003 el indulto y la libertad a "Felipe Torres" y Pacho Galán sí entraban en un proceso de desmovilización y entrega de armas, es decir, si renunciaban al ELN. Esta propuesta fue rechazada por ambos en una carta que hicieron pública el 6 de octubre del mismo año, en ella afirmaron: "No hemos renunciado, ni renunciaremos a ningún principio de la organización, porque no nos debemos a nosotros, nos debemos a ustedes y la estrategia política del ELN”.
No obstante, un mes después, el 8 de octubre de 2003, Felipe salió en libertad, no por un acuerdo con el gobierno sino por haber cumplido una condena de 20 años por terrorismo y rebelión. Obtuvo una reducción de pena de 32 meses por estudio, trabajo y buena conducta en la cárcel. Para recuperar la libertad, también tuvo que pagar una fianza equivalente a $309.000 de la época.
Al salir de la cárcel de máxima de seguridad de Itagüí afirmó ante los medios de comunicación: "Soy un revolucionario comprometido con la paz de Colombia y a eso me voy a dedicar". Por tal motivo, dejó las armas de la guerrilla, dejó su identidad cómo Felipe, y decidió salir del país para prepararse política y académicamente para construir la paz en el país. Carlos participó en el Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada y en la Escuela de Cultura de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona donde estudió procesos de paz del mundo. Se dedicó a escribir artículos y dictar conferencias sobre la necesidad de la paz en Colombia, su última participación en la Universidad Nacional de Colombia fue el pasado 25 de noviembre en un foro organizado por el Rebelde Medios Alternativos sobre la paz con el ELN.
Hoy se encuentra privado de la libertad en las celdas de la Fiscalía ubicadas en las antigua sede del DAS. Su detención, a pesar de sorprenderlo y abrumarlo, no lo detiene en su búsqueda de la paz. En mensaje, Velandia, dijo que su detención “es parte de los costos de hacer la paz. A la paz no la detiene la captura de un exdirigente guerrillero que, en la paz, le ha cumplido al país. Mi detención no debe amedrentar a los obreros de la paz. Esto hace parte de la lucha por la paz para Colombia y sus gentes”.
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