Gilma Jiménez QEPD |
Con este sabio refrán de la sabiduría popular introducimos el
análisis sobre la vida y obra de Gilma Jiménez, no para mostrarla como la Juana de Arco colombiana como dice Pirry
o como la incansable luchadora por los derechos de los niños que pinta el Partido
Verde, sino para mostrar su otra cara la de politiquera y oportunista.
Este artículo no pretende
burlarse de la muerte de Gilma, ni alegrarse por ello, eso se lo dejamos a los
militares que celebran al asesinar guerrilleros y campesinos inocentes con tal de ganar un
permiso, una medalla o en su defecto una felicitación. Más bien este articulo
intenta dejar algunas reflexiones sobre la práctica política en nuestro país
En Colombia existen muchas forma
de hacer política, como heredar la tradición familiar (Santos, Vargas, Pastrana)
hacer alianzas con paramilitares (Kiko Gómez, Piedad Zuccardi ) o simplemente
tomar las banderas de alguna causa con impacto mediático, este es el caso de
Gilma Jiménez.
La Senadora Jiménez tomó las banderas
de la niñez desamparada y como nadie en este país, logró hacerse propaganda con ellos, múltiples
denuncias que rayaban en el amarillismo se convirtieron en el pan de cada día con las cuales se vanagloriaba de ayudar a la
niñez.
Sin embargo sus acciones se
quedaban en visibilizarse a sí misma como defensora, pues a la mayoría de víctimas
no se les ha hecho justicia, pero bueno quizás su acción más importante fue la
de proponer cadena perpetua para violadores, propuesta que carece de sentido
común en primer lugar porque desconoce la actualidad carcelaria del país en la
cual se encuentran casos de cárceles con hacinamiento hasta del 300%, en
segundo lugar porque pasa por alto el atiborrado sistema judicial el cual
muestra que la justicia cojea y en ocasiones nunca llega.
No obstante estas propuestas a
pesar de su inviabilidad tuvieron gran eco en la sociedad colombiana, dejando
como gran ganadora a la senadora, en lugar de las víctimas. Lo anterior deja ver como los
pajaritos en el aire, los castillos de arena y las promesas incumplidas
enceguecen a los votantes colombianos.
Ahora bien murió Gilma y según sus
amigos y su partido dejó un gran legado, legado del que ahora todos serán
defensores. Roy barreras quiere crear la
comisión Gilma para tratar los temas por lo que luchaba la senadora, el Partido
Verde quiere retomar sus banderas y en fin hoy todos son amigos de Gilma y sus
propuestas.
Olvidan sus hoy devotos
admiradores, que mientras ella hacia pantalla de defensora de la niñez y sus
causas, señalaba como culpable de la muerte de Nicolás Neira a su padre Yuri
Enrique Neira, argumentando que no debió dejarlo salir a marchar el primero de
mayo. Olvidan también que frente a este hecho defendió a capa y espada al
Coronel José Javier Vivas quien en ese entonces comandaba el ESMAD y que hoy en
día está a punto de ir a la cárcel por el asesinato del joven grafitero Diego
Felipe Becerra.
Habrá también que recordarles que
Gilma Jiménez fue gran partidaria de las políticas del expresidente Álvaro
Uribe Vélez y que guardó un silencio sepulcral
frente a los casos de los falsos positivos en los cuales el ejército asesinó a
varios niños para cumplir con sus cuotas de guerra.
¿Será que estos hechos no
merecían la misma parafernalia que los demás casos de los que se ufanaba la
senadora? O será más bien que estos casos no daban el mismo redito político y
por eso más bien había que dejarlos en la penumbra.
Gilma Jiménez ya está muerta,
pero sin embargo puede dejarnos una enseñanza a todos los colombianos, el
oportunismo político es capaz de tomar todas las banderas sociales para hacerse
propaganda, sin embargo no implica que las cosas mejoren, pues lo único que
mejorará será la imagen del político.
Por último frente a la muerte de
Gilma reafirmamos el inicio del articulo No hay muerto malo, ni niño feo
Excelente articulo! :)
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