Carta de un colombiano a Ceratti (horas después de su muerte).
Qué pena escribirte tan tarde
querido amigo pues entiendo que los que se fueron ya vinieron por ti. Antes de
irte lleva algo que con sincera admiración te escribí, espero no ser inoportuno
pero con tu partida quizá logre que entiendas lo que escribirte significa para
mí.
La verdad no sé bien por donde comenzar esta carta mi hermano. Son
muchos los sentimientos que despierta tu partida. Como veo por ahí, has dejado
tristeza al sentir que aquella música ligera jamás volverá a sonar entre éste
mundo lleno de caníbales, a su vez, para
muchos, hay un sentimiento de tranquilidad al saber que dejas un mundo que
durante 4 años esporádicamente se acordaba de ti, si Gustavo, así fue (vuelve
en una semana y cuenta los que para ese entonces aun te recordarán con el
fervor que hoy lo hicieron). La verdad
con tu llegada a allá entenderás muchas cosas de acá y estas palabras que hoy
te escribo cobrarán sentido.
Mira que con tu partida mi Flaco quisiera pedirte que
saludes a las victimas del pueblo Palestino, diles que aún existen personas que
sentimos su injusta partida pero admiramos el coraje con el que después de cada
caída se levantan.
A aquellos policías,
militares, guerrilleros y víctimas del
conflicto armado colombianos, diles que entiendan que no hay buenos ni malos
sino vidas de por medio donde cada uno de ellos libra una de tantas guerras
ajenas, injustas, y en ocasiones, innecesarias.
Por favor flaco, componé y canta
para todos aquellos niños que hoy mueren a causa de pura y física hambre, sed,
frío o enfermos, excúsanos con ellos pero nuestros recursos son pocos aunque nuestras
ganas son muchas, en especial a aquellos a quien el calor del fuego cegó sus
vidas (tu me entiendes).
Si de casualidad te encuentras a
Jaime dile que muy puntual, cada 13 de
agosto aún llevo flores al lugar donde unos criminales le robaron la vida pero
que hay algo que no pudieron llevarse de él: su sonrisa y forma de ver ésta.
Oye flaco, que injusta y a la vez
curiosa es la vida que te abandona hoy y a unos pocos les permite seguir
acabando los sueños de muchos pero creo que te diste cuenta que así es esto,
quizá más temprano que tarde pase el temblor y el té que compartimos lo
cambiaremos por felicidad, y no será para tres sino para miles.
Por último, diles a todos
aquellos que así como muchos lloran tu partida, acá abajo, hay más de uno que aún
lamenta su partida a manos de la más irónica palabra creada para justificar
muchos de los peores actos: la injusticia.
Flaco, un abrazo y donde te encuentres, que los acordes de
la guitarra y tu voz reciban lo que tanto le diste a este mundo: un motivo para
llorar, un motivo para reír.
No hay comentarios:
Publicar un comentario