Relatoría mesa de autonomía y democracia
Debate por la constituyente universitaria
Lunes 20 de mayo de 2013
Campus Bogotá, Universidad Nacional
Diagnóstico inicial:
La universidad está pasando por una
situación de crisis en varios aspectos que impiden el desarrollo de la vida
digna por parte de la comunidad, podríamos enumerar como razones de esta crisis
la situación financiera, de infra estructura, de una pésima política de bienestar
universitario, acompañado de la poca voluntad por parte de la institucionalidad
y del gobierno por solucionar los problemas existentes.
Hace menos de un año fue elegido por el CSU
sin tener en cuenta la decisión de la mayoría de estudiantes que querían a
Leopoldo Munera como su rector, a Ignacio Mantilla y esté escogió como lugar
teniente en la sede Bogotá a Diego
Hernandez, ambos han conformado una dupleta anti democrática, conciliadora con
los intereses de gobierno, derrochadora de dinero y que señala, sataniza e
invisibiliza las propuestas e iniciativas de los distintos sectores dentro de
la universidad; por está razón los trabajadores, estudiantes y algunos
profesores han tenido que recurrir a
vías de hecho para exigir mejores condiciones y luchar por lo que se les ha
negado o se les ha arrebatado.
Actualmente se suma a los múltiples pleitos
con el rector y el vicerrector de la universidad, su posición tan tibia frente
a la propuesta de renovación urbana con la que se le van a expropiar terrenos importantísimos
a la universidad sin aprobación de la comunidad universitaria y por otro lado
su discurso tan demagógico , cooptando sectores del estudiantado con la
propuesta de estampilla para la UN, que en pocas palabras son solo unos rublos más
para la universidad sin tener en cuenta la raíz del asunto ante la falta de
responsabilidad del gobierno para responsabilizarse por la financiación de la
educación pública y también la manera en cómo se administran los recursos en la
universidad, donde si hay para tarimas los viernes, para sillones de plumas,
según Diego Hernandez para “acercarnos con la ciencia y el conocimiento europeo
y gringo”, pero no hay para residencias y cafeterías universitarias, ni para
arreglar los edificios que se están cayendo, ni para resolver la exigencia del
aumento del 30% de los trabajadores, ni para nada que exija la comunidad; toda
esta situación da cuenta que lo que se requiere para solucionar la crisis pasa
por el cogobierno universitario, por la participación de las mayorías y el
empoderamiento de estás para orientar el rumbo de la universidad, puntos que recoge la constituyente
universitaria.
Fraccionamiento del estudiantado:
A pesar de que la crisis actual nos toca a
todos, el movimiento de la universidad pasa por un letargo que ha impedido
frenar de la manera más contundente las iniciativas anti democráticas del
gobierno y en ciertas ocasiones hasta patrocinarlas.
Contamos con los acumulados de la propuesta
de la MANE frente a un nuevo sistema de Educación superior, con los múltiples
foros que se han hecho sobre la propuesta de renovación urbana, con las
denuncias frente al nuevo sistema de admisión, con la propuesta de Aspu frente
a la financiación de la universidad pública, con los diagnósticos que los
distintos sujetos hacen visibles con chapolas, murales, publicaciones en
internet, pero a pesar de todo esto nos hemos quedado cortos en el accionar;
las mesas locales son espacios donde la gente participa cada vez con menos
fuerza, las representaciones estudiantiles son vistas como cargos “con
prácticas electoreras” que no consigue darle frente a las intenciones que
representan, las iniciativas de izquierda son satanizadas por sectores de la
derecha que a partir de la burla y la sátira no dan oportunidad al debate, y
las propuestas y campañas no son asumidas colectivamente desde el ánimo de la
unidad.
En estos términos, parece que el
fraccionamiento y la falta de debate viene a ser el mayor enemigo que ha
evitado luchar con fuerza por nuestra nacho y por ende se hace necesario la
dinamización de nuevas dinámicas que re oxigenen las ya existentes (sin
desconocerlas) y que tenga en cuenta las propuestas e ideas de toda la
comunidad sin importar su ideología política, estamento al que represente o la
manera en cómo desarrolla su accionar para defender la universidad (ya sea con
la clandestinidad, por medio de la representación, con el arte, etc.)
Qué hay que hacer:
Para el real empoderamiento de la comunidad
universitaria es necesario pasar por un periodo en el que se ejerza un poder
destituyente, de rechazo y negación frente a la institucionalidad existente, de
exigencia de la renuncia de Mantilla y de construcción de una iniciativa
distinta, que llame al conjunto de la universidad, para gobernar de una manera
distinta, desde abajo y teniendo en cuenta las intenciones e iniciativas de las
mayorías.
Este periodo destituyente es un momento que
pasa por la iniciativa de todos -organizaciones clandestinas y amplias,
artistas, representantes estudiantiles, profesorales, de trabajadores-,
desarrollando movilizaciones, actividades, vías de hecho que den muestra
puertas pa fuera, pero también puertas pa adentro que aquí no queremos que
gobierne el rector, que la que va a gobernar va a ser la comunidad.
Se hace el llamado a toda la comunidad que
desde la consigna de constituyente universitaria nascan todas las iniciativas
posibles, que deseen realizarse para cumplir con esté fin.
Cómo hacerlo:
Está visto que el simple diagnostico o la
eterna solución estudiantil de crear comisiones para todo, no es la respuesta
para destituir a Mantilla y constituir el cogobierno universitario. Por eso es
necesario empezar a explorar las dinámicas asamblearias, triestamentarias, no
solo cuando ya nos cogió la tarde sino como una dinámica permanente; enriquecer
el contenido para próximos eventos de este tipo, desarrollar ejercicios de
discusión y debate donde la pluralidad y la participación sea la consigna,
visibilizar constantemente a la universidad lo que se está desarrollando, abrir
escenarios mucho más efectivos de comunicación entre la representación
estudiantil y profesoral y el resto de la universidad y construir un accionar
que trascienda la denuncia.
Qué lograremos:
La universidad pública, querámoslo o no,
responde a los intereses del sistema capitalista, de otro modo no existiría o
como hemos visto se reacomodaría a las intenciones más actuales, por eso el
papel de gobernar nuestra universidad solo es un primer paso para ponerla al
servicio de nuestro pueblo; ya que se requiere un cambio radical en el sistema
para poder transformar radicalmente la educación, sin embargo de gobernar
nosotros nuestra universidad podremos mejorar muchos de los ámbitos flojos en
estos momentos y exigir con mucha más fuerza al gobierno que responda con lo
que no cumple, administrar de una mejor manera la universidad -para responder
por el bienestar de todos- y hacer partícipe a la comunidad de las decisiones
frente a la misma.
Actualmente el conocimiento llega para
nutrir el capital y esto se ha convertido en un requisito para podernos
graduar, esto es algo que debemos rechazar, ya que el conocimiento que estamos
construyendo en la universidad no está llegando al pueblo. Por ende, la
investigación, la pedagogía, etc. debe cambiar de manos y en esta labor está
nuestra tarea.
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