Después del anunció del presidente de retirar el proyecto de ley 112 de educación superior el pasado 11 de noviembre, la comisión sexta de la cámara de representantes hoy lo hizo efectivo, con 11 votos a favor del retiro. Los voceros distritales de la MANE anunciaron que las condiciones estaban dadas para la iniciar el proceso de suspensión del paro, no obstante, reafirmaron que habían condiciones especificas de universidades que no correspondían al grueso de las exigencias nacionales.
La lucha democrática se hizo en las calles
La lucha estudiantil en contra de la nueva ley de educación superior empezó este año con una gran movilización nacional el pasado 7 de septiembre, desde esta fecha los estudiantes se han convertido en un sector protagonista de la política colombiana, pues su constante accionar hacía que estuvieran en boca de todos. Desde el pasado 12 de octubre, se hizo oficial el inicio del paro nacional universitario, al que se fueron sumando otros institutos, como el SENA; dicho paro fue ejercido y llevado a cabo con la movilización callejera; los estudiantes se tomaron las calles semanalmente para exigir la educación como derecho (o lo poco que queda de derecho).
Esta movilización callejera logró conquistar una victoria parcial para el movimiento estudiantil colombiano, que llevaba varios años en reflujo, el retiro del proyecto de ley encabezado por el gobierno neoliberal de Juan Manuel Santos.
El debate interno de la movilización
Los estudiantes además de llenar las calles con cientos de miles de manifestantes, buscaban la creatividad como herramienta para llamar la atención, los cuadernos y los lápices se transformaron en disfraces, mascaras, performance, musicales, fuego, pintura, zancos y carteles. La clase se cambio por abrazatones, besatones, marcha de antorchas, carnavales nocturnos, por movilización.
Sin embargo, dentro de la movilización estudiantil y reforzada por la mayoría de los medios de comunicación, se empezó a generar una lucha entre el “pacifismo – cobardismo” y otras expresiones de la lucha política, que muchos catalogan como violentas. Ante esto, es necesario recordar que la clase obrera, el pueblo pobre no puede respetar una legalidad burguesa (donde el hambre es ley, la explotación es formal, los derechos son mercancías, etc.), salvo que ignore el verdadero papel del Estado, el carácter engañoso de la democracia; en pocas palabras, los principios básicos de la lucha de clases.
Para muchos estudiantes se consideraba como acto violento tirar un pimpón a un policía o rayar una pared del banco colpatria, para otros es una manifestación política en contra de los aparatos represivos de la movilización y la protesta, en contra de los asesinos del pueblo. Esas “bombas de pintura” como lo catalogan los medios, son formas de repudiar este sistema absurdo de represión y explotación que la sociedad vive día a día. Los “actos vandálicos” de rayar una pared buscan dejar mensajes alusivos a las problemáticas que se viven, problemáticas que no son enunciadas por los medios de comunicación, y que ante esta represión informativa, los manifestantes no tienen otra opción que hacer que los muros cuenten verdades y sueños.
Sin embargo, muchos estudiantes se han dejado manipular por la falsa legalidad, gritando “sin violencia” a estas acciones o defendiendo a un policía. La combinación de todas las formas de lucha revolucionaria constituyen los caminos de transformación. La lucha pacífica es una lucha legítima, sin embargo las ultimas manifestaciones han demostrado es un cobardismo, un miedo a la represión, la defensa del asesino y de la legalidad abrupta, no se da un verdadero pacifismo que implica la resistencia ante la represión.
Por otra parte, es necesario que el estudiantado y en general el pueblo pobre colombiano logre adquirir una conciencia de clase y revolucionaria, que combata esta manipulación sobre las formas de lucha, que se tiren “bombas de pintura” y se rayen paredes hasta que se deje de reprimir, de explotar, y hasta que la mentira deje de ser verdad, y la verdad deje de ser mentira. Además, el estudiantado, el campesinado pobre y la clase trabajadora en su lucha en contra del capitalismo, deben luchar contra todo tipo de represión desde todas las formas posibles, es por esto que no se puede poner en un “mismo costal” la violencia revolucionaria que busca liberación con la violencia reaccionaria que busca represión.
Es necesario que dentro de las manifestaciones y las luchas populares se adopte una conciencia revolucionaria y combativa que defienda las luchas por la liberación y la igualdad, y no que se acomode a la miseria y explotación.
La forma organizativa estudiantil
Ante el panorama político actual, la Mesa Amplia Nacional Estudiantil, MANE, ha definido varias posiciones, como fueron las tres exigencias puntuales para la suspensión del paro universitario, exigencias que según varios estudiantes ya han sido cumplidas por el gobierno, razón que permite, que el día de hoy los voceros distritales de la MANE hayan definido iniciar el proceso de suspensión del paro. Si embargo, dentro del proceso de consolidación de la MANE, se han dado varias diferencias que han dilatado muchos avances políticos y organizativos.
Una fuerte tendencia de estudiantes realizaron el pasado 12 de noviembre un comunicado diferente a la declaración política que surge de la mesa, en el manifestaron sus condicionamientos para la suspensión del paro y varias inconformidades con el proceso organizativo. Frente a las exigencias para suspender el paro, los dos comunicados (tanto la declaración política como el comunicado con los “disensos”) hacían las mismas, el de los disensos añadía como punto fundamental más no como exigencia, el pago de la deuda del gobierno con las universidades, el cual asciende a $700.000 millones máximo en febrero.
El punto que ha causado mayor disenso dentro de la MANE, ha sido el tema de la vocería, pues la mesa regional de Bogotá eligió a 11 voceros distritales para que se comunique con los medios de comunicación; no obstante, estas vocerías (tal vez por las condiciones dadas) han sido asumidas por los medios y el gobierno como la vocería nacional de la MANE, a pesar de que los 11 voceros reafirman que son voceros distritales. Ante esto, los estudiantes de las regiones han manifestado su inconformidad. Es necesario formalizar una vocería nacional que incluya tanto al distrito como a las regiones, para lograr avanzar en la unidad de todo el movimiento estudiantil, sin olvidar las condiciones geopolíticas de Colombia, a las que estamos sometidos.
En este momento político es necesario fortalecer el espacio organizativo de los estudiantes, recoociendo que lleva aproximadamente 3 meses funcionando, y que muchos no se imaginaban llegar a esta victoria parcial. Es por esto, que el grueso del estudiantado hace el llamado a corregir los errores organizativos que se tengan, fortalecer los espacios de construcción y generar una organización de estudiantes que emane los intereses del estudiante de base, sus exigencias y necesidades, para evitar caer en la trampa del gobierno, de dividir para eliminar, eliminando de paso cualquier intento de burocratizar una organización gremial.
EL REBELDE MEDIOS ALTERNATIVOS
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