Los libros abren las puertas del conocimiento y el saber.
Por muchas décadas el “Glorioso Carlos Arturo Torres Peña” gozo de la mejor biblioteca dotada en Santa Rosa de Viterbo, donde niños y niñas, jóvenes y adultos disfrutan de la lectura y la puerta abierta a grandes temas de las áreas del conocimiento.
Las administraciones, locales e institucionales lucharon por construir un espacio más amplio, acogedor, visible y atrayente, no sólo a estudiantes, sino también a docentes, propios y extraños; pero fue la misma comunidad académica la que opto por uno de los hijos más ilustres del municipio en el campo de las letras, para inaugurar su biblioteca, adoptando así el nombre de “FERNANDO SOTO APARICIO”. En septiembre del 2002 se logró que este gran maestro de la literatura boyacense y colombiana, visitara y personalmente inaugurara nuestra prestigiosa biblioteca, en sus nuevas instalaciones, donando un buen número volúmenes de sus obras.
Desde entonces, dicho espacio, se convirtió en una de las más visitadas y utilizadas para ampliarlos conocimientos, recorrer los caminos de la ciencia y el mágico mundo de la lectura; también se convirtió en sala de videos para reafirmar todos los aprendizajes que se querían profundizar en los estudiantes y en el lugar preferido para celebraciones y reuniones.
Sin embargo en Colombia “de eso tan bueno no dan tanto” y las directrices que traza el Ministerio de Educación en su afán de recortar fondos a las instituciones educativas públicas, se marcaron esencialmente en la relación estudiantes-funcionarios y con esto se abrió el camino para el famoso recorte de personal. Como en un juego de seleccionar blanco se optó por escoger a nuestro bibliotecario como elegido y otorgarle unas forzosas vacaciones reubicables, quedando de plano las verdaderas intenciones gubernamentales de desfinanciar la educación y privatizar poco a poco los derechos esenciales de los colombianos, dejando que cada uno se “rebusque” de forma privada sus soluciones.
Se ha insistido permanentemente en una solución para tener acceso a los libros y evitar así que sólo el polvo y las polillas los puedan aprovechar, sin embargo no parece ser interés del gobierno (a ninguna instancia) ni de la administración permitir que los niños y niñas puedan adentrarse a fondo en el mundo del conocimiento.
A la fecha podemos ver esa majestuosa construcción con sus puertas herméticamente cerradas, porque nadie da respuesta ni soluciones a preguntas que constantemente nos hacemos estudiantes y docentes: ¿Cómo podemos obtener los libros de la biblioteca para leer, desarrollar tareas, talleres y trabajar actividades de clase?
La comunidad educativa espera una solución, por parte de los organismos competentes para que ese cúmulo de saberes y conocimientos escritos sean de Puertas abiertas y disfrutado por quienes desean continuar por el mundo de las letras y el conocimiento.
Nuestro colegio se acerca ya a sus 125 abriles, sin duda llegarán muchos regalos y felicitaciones, sin embargo el mejor, aun cuando no llegasen más, será por supuesto la reapertura de nuestra Biblioteca, elemento que podría hacer más creíble y real nuestro lema “Educamos Para Construir Una Patria Mejor".
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