Aunque este articulo debería
hablar de la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio con Europa,
decidí a última hora escribir sobre algo que en verdad nos afecta a diario: RCN
y CARACOL y sus programas, pues al igual
que los TLC afectan mayoritariamente a
los pobres y al ciudadano del común
mientras son los empresarios y el gobierno quienes más se benefician.
El mito de la libre competencia:
RCN y CARACOL son 2 empresas privadas que proveen al consumidor de entretenimiento, la teoría económica nos diría que la competencia entre ellas traerá beneficios para el ciudadano, pues generarán cada día programas de mayor calidad, sin embargo nada está más lejos de la realidad, pues en la práctica se han quedado en la estrategia de calco y copia, si a uno le funciona una novela de narcos (escobar el patrón del mal) el otro saca un programa de narcos y paracos (los 3 caines) si CARACOL pone un reality , RCN lo sigue y viceversa.
Ante esta falla del mercado el
afectado es el ciudadano, pues no puede adquirir un buen producto, por lo cual se ve obligado
a comprar la televisión por cable (En Colombia el 84% de los hogares en
ciudades con más de 200 mil habitantes tienen afiliación a este servicio) los
hogares que no pueden costear este rublo deberán quedarse con los canales
básicos.
Al igual que la competencia entre
canales no genera mayores beneficios para el televidente, como dice la teoría,
el libre comercio entre países tampoco trae más beneficios para los
colombianos; es el caso del TLC con la UE en donde de nuevo el beneficiario no
será el ciudadano de a pie, sino los empresarios y el gobierno.
Según declaraciones del gremio
lechero con el TLC se abren grandes
oportunidades de negocio, pues se podrán
exportar grandes cantidades de materias primas para que sean procesadas en
Europa y se produzca un bien con alto valor agregado que satisfaga el alto
estándar de calidad que exigen los consumidores europeos (Es decir el Europeo
no toma Yogo Yogo) continuando con su declaración afirman que a Colombia
entrarán lácteos de alta calidad, pero
que no ese constituyen en una amenaza, puesto que la mayoría de colombianos no
podrán adquirirlos por lo cual la industria nacional se centrará en esos
productos sin mayor valor agregado dejando lo gourmet para las empresas europeas
El Estado por fuera de todo
La teoría económica afirma que el
Estado no debe incidir en el mercado, por lo cual vemos como ante programas con
un alto impacto dañino el gobierno calla. Novelas de paracos, narcos, prepago etc. Que más que dejar un mensaje de
repudio, contribuyen a generar la cultura del menor esfuerzo y la pérdida de memoria.
Así mismo funcionará el Estado
frente a las relaciones comerciales con Europa será un ente de papel, se
quedará al margen de los intercambios
desiguales y la quiebra de los pequeños productores, pero sobre todo al igual
que con las narconovelas verá como el productor se lucra a costillas del
consumidor
Los realitys Shows
Dicen que la televisión muestra
el grado de desarrollo de un país, ¿qué se podría pensar de un país con programas
como los de RCN y CARACOL?
Además de los programas que hacen apología a
las mafias, la tv colombiana tiene un
gran porcentaje de realitys shows en los cuales se reproducen los estereotipos
tanto de hombre como de mujer
Protagonistas de nuestra tele
muestra que el conocimiento o el talento no importan a la hora de actuar, pues lo
importante es tener un cuerpo esbelto. El desafio nos muestra que en Colombia hay
pobres, ricos y famosos y que cada grupo
tiene mujeres tetonas y hombres corpulentos.
Además de exaltar un prototipo
físico los dos programas tienen como característica la
dramatización del sufrimiento, vemos como los personajes extrañan sus
hogares y a sus familiares, los productores
se centran en estas emociones para crear afinidades y lograr
espectadores, en lo que Sartre llamaría el dolor burgués. “El burgués se somete a un sufrimiento que
inventa, y lo ejerce en nombre de la no necesidad. Esta violencia corporal
puede ser real o ficticia, lo importante es que sea pública”.
Con esto los espectadores sufren
con el concursante del reality, se identifican con él, pero a la vez olvidan
que ese sufrimiento es un sufrimiento ficticio y banal creado para generar audiencia, también
olvidan que millones de sus compatriotas también extrañan a sus hogares y
familiares, pero no por estar en un concurso, sino por ser víctimas de la
guerra.
Sin ir más lejos podemos decir
que en definitiva la tv si refleja a la sociedad colombiana en especial a la
clase dominante, los realitys muestran la poca preparación, la falta de
planeación y la libertad con que los políticos actúan, los programas de capos, narcos
y prepagos no muestran los modelos empresariales de moda en Colombia, los
programas del defensor del televidente nos muestran que los que deberían
defendernos se quedan inmóviles y ni se inmutan ante los atropellos, mejor
dicho los únicos programas que no muestran la realidad colombiana son los
noticieros, pues en su afán de cubrir la verdad desdibujan la realidad
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