En los pasados días
el rector Ignacio Mantilla y el vicerrector de sede Diego Hernández
han enviado una serie de correos en los que invitan a los estudiantes
a enfrentarse a los trabajadores para retornar a la normalidad
académica.
Frente a esta
situación es necesario que hagamos memoria, fue la administración
la que después de anunciado el paro, decidió suspender el
calendario académico en reunión extraordinaria del CSU. Al mismo
tiempo los trabajadores invitaban a toda la comunidad universitaria a
asistir a la universidad y generar espacios de discusión conjuntos,
multiestamentarios, para dar solución a la crisis que atraviesa.
Asimismo, es la administración la que tiene la capacidad de poner
fin a este conflicto cuando le dé la gana, pero es evidente que no
hay voluntad política de hacerlo.
Frente a las
peticiones de los trabajadores, estudiantes y profesores en asamblea
triestamentaria de establecer una mesa conjunta con la administración
que dé salida a la crisis de la universidad, la administración se
ha quedado callada, siendo su única alternativa el uso de la fuerza
(aumentaron el contrato de la seguridad privada de la universidad
para tener 50 motos nuevas y 50 vigilantes más SOLO PARA 3 SEMANAS
por un costo de 400 millones de pesos, mientras en la sede no hay
edificios, profesores, bono alimentario, residencias, entre otras
cosas), y demandar ante la procuraduría para que el paro de los
trabajadores sea declarado ilegal y así poder tomar represalias
contra ellos y quienes los apoyan.
El vicerrector de
sede exhorta a los trabajadores a que dejen los bloqueos y que
utilicen los mecanismos legales que el “estado social de derecho”
les brinda. Encontramos lamentable el bloqueo que hacen los
trabajadores a los edificios, pero entendemos que es la única vía
que les queda cuando la administración hace y ha hecho, durante
mucho tiempo, oídos sordos a sus necesidades. Después de la ola de
protestas que ha recorrido el país, vemos que la universidad es un
fiel reflejo de este: un gobierno que hace oídos sordos a las
necesidades de su pueblo, una administración que hace oídos sordos
a la crisis de su universidad.
Este es el momento
para que como comunidad universitaria nos unamos, no en contra de los
trabajadores, si no junto a ellos y a los profesores, acabar con la
antidemocracia y el “bloqueo institucional” de la administración.
Es el momento de que nos pongamos la camiseta por la universidad, por
la verdadera democracia al interior de ella y así hagamos de la
universidad el laboratorio para el país que queremos.
Los invitamos a que
asistan mañana a la universidad, participen con propuestas en las
asambleas de facultad que se estarán realizando desde las 8am y en
la asamblea de sede triestamentaria a las 11am en el León de Greiff.
Una verdadera
democracia al interior de la universidad, hará que lamentables
episodios como el de los trabajadores no se repitan, pero para eso es
necesario que cambiemos de raíz la composición de los órganos de
dirección como el CSU, donde sólo 2 de 9 miembros son elegidos
democráticamente, y esta es una dinámica que se reproduce en todos
los niveles, y más que eso, que tomemos las riendas del destino de
nuestra universidad.
Los trabajadores
continúan en asamblea permanente hasta que:
1. Se retire la
propuesta radicada ante el gobierno nacional de alza de salarios y se
radique una que sí cumpla lo pactado con los trabajadores, a la luz
del estudio realizado que le costó a la universidad 150 millones de
pesos.
2. Retornar los 126
cargos que fueron transformados de “Carrera administrativa” a
“libre nombramiento y remoción”.
3. Firmar un acuerdo
de garantías para que no halla represalias en contra de los
trabajadores.
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