En memoria de Clisman Túquerres y el perrito Largo
cruelmente asesinados por la policía y el ejército esta semana.
Los últimos crímenes de
la policía y el ejército nos muestran que tienen corazones blindados y que al
contrario de lo que muestra la novela de RCN son instituciones corruptas y
criminales.
Desde hace ya varios
años la Policía y el ejército han emprendido una campaña para ocultar sus crímenes
y limpiar su imagen, para ello el dinero de nuestros impuestos ha sido
destinado para tratar de cubrir las
atrocidades de los héroes de la patria.
Con ayuda de los medios
de comunicación el gobierno intenta hacer ver los abusos como hechos aislados,
sin embargo estos hechos aislados se repiten cada vez con más frecuencia y
siguen cobrando las vidas de las personas que deberían proteger.
Mientras este año van
más de 90 sindicalistas asesinados por falta de protección, varios policías borrachos han estrellado las
patrullas en las que deberían vigilar, mientras grupos paramilitares amenazan a
los voceros de la MANE, un grupo de policías entra a la UPN destruye las cosas
de los estudiantes y defeca en los salones en los que deja amenazas.
La doble moral aparece
cuando en las marchas por la educación superior el ESMAD hiere sin misericordia
a los estudiantes y luego entra a los colegios públicos a regalar dulces a los
niños de primaria, ó cuando se comprueba que es el ejército el grupo armado que
más trafica con la droga en complicidad con paramilitares e incluso las FARC.
El gran presupuesto
destinado a la guerra es un total despilfarro, se va en la defensa de los
militares acusados de falsos positivos, se va en la munición con la que el
ejército masacra perros y civiles, o con la que la policía asesina a jóvenes como
el joven grafitero Diego F. Becerra ó Clisman Túquerres quien por defender a su hermanito fue
asesinado por un policía quien le disparó en la cabeza.
Los grandes y costosos comerciales
en canales privados, donde se muestra al policía que controla el tránsito,
ocultan a los cientos de policías que borrachos manejan sus patrullas, por otro
lado los comerciales que muestran a los soldados saludando a la población no logran
explicar ¿por qué en Santa Rosa de Osos puede haber una masacre con disparos y
granadas y el ejército llega 8 horas después?
En definitiva se nos ha
intentado esconder los abusos y la incompetencia de la policía, los tombitos
del Choco nos cantan un rap desafinado y a los pocos meses un paro armado deja
a Quibdó desconectado del país, pero todo está bien en el país no pasa nada. El
pueblo colombiano no puede tolerar más abusos, se necesita una reforma que pare
los abusos de la fuerza pública y no un fuero que mantenga la impunidad.
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