Desde
hace varias semanas, en las diferentes sedes de la Universidad
Nacional, hemos vivido una gran campaña electoral para la elección del
representante estudiantil al CSU. Con este texto, pretendemos generar
una serie de reflexiones acerca de este proceso.
En
primera medida, estas campañas no tienen nada que envidiarle a la
política tradicional colombiana: los volantes, los carteles, los
rostros, el rojo y el azul, se convirtieron en cosas mucho más
importantes que las propuestas, las cuales brillan por su ausencia. Se
ha hecho evidente en diferentes espacios, que en los candidatos a la
representación estudiantil, no hay mucho más que sobrediagnósticos de la
situación de la Universidad y apologías a la unidad estudiantil
.Abriendo espacios para el optimismo, y suponiendo que las propuestas
existan ¿Cómo se construyeron? ¿se construyeron con los estudiantes?.
Construir
democracia universitaria, no implica solamente exigir la recomposición
de los órganos colegiados, la democracia universitaria, implica
cuestionar las formas de representación existentes, salirse de los
moldes de la “democracia” existente, construir representaciones que vean
a los estudiantes como más que un voto, representaciones que realmente
representen; de lo contrario (como pasa el día de hoy), no se estará
haciendo nada diferente a legitimar lo existente: la antidemocracia del
CSU.
UNIVERSIDAD PÚBLICA RESISTE
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