La multinacional Egemsa, no
satisfecha con El Quimbo, vuelve a retomar el megaproyecto de hace
4 años cuando deseaba construir 14
minicentrales y un embalse a lo largo del río Sumapaz, plan que fue detenido
por alarmar a la comunidad. Pero este no
es un impedimento para la transnacional, ya que ahora al replantear el
proyecto, construiría en el recorrido de 50 Km del río, 8 minicentrales.
Al volver a sentir el peligro que
posee el río y los habitantes cercanos a este, más de 600 personas se han
reunido para la realización de foros, para debatir y aclarar todos los impactos
ambientales y sociales que tendrá la construcción de esta hidroeléctrica.
Sin embargo, Egemsa y el gobierno
hacen oído sordos y solo esperan que la Autoridad Nacional de Licencias
Ambientales (ANLA) acepte el estudio que terminaría este año, y de la respectiva licencia a la iniciativa y así llevarla acabo. Por esto mismo, la comunidad ha aumentado su incertidumbre
por el futuro que les espera.
Ante tal proyecto, que es de saberse que bajo
la mascara de prosperidad y desarrollo que imponen, nunca traerá nada bueno,
sino que a costa del dolor y sufrimiento de cientos de familias, la destrucción de ecosistemas, la extinción de
cientos de especies de flora y fauna, entre otras atrocidades que ansían cometer,
sus bolsillos cada vez más se engordaran, dejando así a la población y a la biodiversidad de
Colombia en total pobreza.
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