Este fin de semana iniciaron las
vacaciones para la mayoría de los estudiantes en Colombia. Al respecto, las
noticias de los grandes medios masivos de comunicación hacen el llamado a todos
los estudiantes que disfrutarán estas vacaciones a tener cuidado con la piel, y
a ser prudente en las carreteras, además de hacerle propaganda a los sitios
turísticos que poco a poco ha venido recuperando el gobierno, gracias a la
aniquilación del control de la insurgencia.
Como raro, parece que los medios
hablarán de otro país, de otros estudiantes, porque es irrisorio hacer ver que
el periodo de “vacaciones” como lo llaman, sea el tiempo de viajes; probablemente
así sea para una minoría de la población, pero para la gran cantidad de
estudiantes en Colombia, la realidad es otra, es salir a trabajar.
En esta época del año, innumerables
estudiantes, tanto de Colegio como Universitarios, salen a ofrecer su trabajo
al mercado. A los primeros la situación es un poco más grave, ya que como son
en su gran mayoría menores de edad, los trabajos que consiguen son informales y
por tanto, la explotación hacia ellos y ellas es mayor, no existe un salario ni
siquiera mínimo, y los abusos laborales son el pan de cada día.
Para los segundos, la situación
tampoco es la mejor. A pesar de ser mayores de edad en su mayoría, esto no
garantiza la formalidad de sus trabajos, ya que son temporales, por el tiempo
de vacaciones. Además de la explotación descarada hacia los estudiantes, existe
la amenaza constante por despedirlos, ya que la “oferta laboral” es grande, y
cualquiera, quiere ocupar ese puesto. Un salario de miseria, unas condiciones laborales
abruptas y una realidad que intentan ocultar, es lo que se vive en Colombia.
Incluso, en las ciudades a donde
van “todos esos estudiantes” a disfrutar de sus vacaciones, es donde se ve más
las grandes contradicciones que tiene nuestra sociedad, pues en dichas ciudades
para los niños no es una opción disfrutar del “mar y la piscina”, sino que es
una necesidad salir a vender y a servir a los otros niños, que si pueden
disfrutar.
Es necesario comprender que dicha
situación se ve atravesada por las contradicciones de la sociedad, y por la
misma forma en que está constituida la educación en nuestro país. Con unas
características notables de división de clase, que promueven valores según a
quien valla dirigida; donde se educa para el trabajo, un trabajo degradante,
inhumano, que es el que se vive en este sistema.Esto reafirma que nuestra lucha por una nueva educación, tiene que ser estar siempre acompañada de la lucha por una nueva sociedad, pues esta no es un factor aislado de las contradicciones, sino que son otro escenario en el que se manifiestan, y para lograr tener una educación pública, gratuita, popular, del pueblo y para el pueblo, es necesario transformar las condiciones de esta sociedad, cambiar la sociedad por otra totalmente diferente donde esto sea posible, porque la educación tal cual como esta concebida, es funcional a la reproducción ideológica y material del sistema, por tanto, los logros que alcancemos en estos momentos con la lucha, siempre tendrán un limitante -sin negar su importancia-, que nos lo pone de tajo el capitalismo. Asi que para cambiar totalmente la educación, necesitamos edificar esa nueva sociedad.
EN CONCRETO, EN CEMENTO, EN HORMIGON ... POR UNA EDUCACIÓN PARA EL PUEBLO Y UN PUEBLO PARA LA EDUCACIÓN
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