La explotación encarnizada a
la clase trabajadora colombiana, nunca se da a conocer públicamente al pueblo,
sino que es ocultada por el mismo estado capitalista, para que los ricos del
país continúen lucrándose desmedidamente, explotando sin control, cometiendo
injusticias por monto, viviendo parasitariamente del sudor ajeno y dejando en
la total miseria a todas y todos los colombianos.
Ante estos hechos, se han
venido presentando varias protestas de obreros, como lo fue en el 2011 para la
multinacional canadiense Pacific Rubiales Energy, en Puerto Gaitán, en donde trabajadores
y trabajadoras exigían mejores sueldos, mejores condiciones laborales y una
jornada laboral de 8 horas ya que trabajaban más de 18. Ante esto se provocó
fuertes enfrentamientos con la fuerza policial. Otro ejemplo exacto es la
protesta reciente en Puerto Libertador, al sur del departamento de Córdoba, en
el cual desde el sábado 23 de junio, más de 500 trabajadores y trabajadoras bloquearon
alrededor de 24 horas la entrada a la construcción de la carboeléctrica Gecelca
3 dejando así a miles de trabajadores del proyecto entre esos 200 chinos
confinados. La protesta fue realizada para reivindicar el aumento de salarios y
por la contratación de habitantes de la zona, ya que la mayoría de los
trabajadores de la planta son de nacionalidad china.
Luego de varias horas
llegaron los trabajadores a una concertación con la policía, de dejar salir a
los extranjeros. Por el momento, la alcaldía con la firma contratista intentan
llegar a un acuerdo con los trabajadores.
Es por esto, que es
necesario resaltar la realidad que viven los miles de trabajadores y
trabajadoras de Colombia, en donde prevalece más la comodidad de las empresas,
quienes a costa de sudor, esfuerzo y trabajo del pueblo, se llena los bolsillos
de dinero, pero que a la vez dejan cada vez más a este país con consecuencias,
tales como pobreza, contaminación, desigualdad, etc. Pero ante estas
injusticias, se sigue en la búsqueda y en la lucha por construir una Nueva
Sociedad, en donde esta sí le dé el poder que se merece el trabajador y la
trabajadora, en donde se le reconozca su fuerza creadora, en donde se le trate
de acuerdo a su condición humana y no como mercancía, en donde se desarrolle
como persona y no como una posesión del burgués para la acumulación de capital.
Hoy en día ante un estado
capitalista que sigue proponiendo la ignorancia y la incultura para la clase
trabajadora, luchamos por un trabajo que brinde las garantías necesarias para
desarrollar el ocio, el arte, las letras y la cultura para el pueblo pobre;
ante un estado capitalista que propone explotación desmedida signada por la
violencia, luchamos por condiciones dignas de trabajo; ante un estado
capitalista que precariza la vida del trabajador, luchamos por el derecho a la
salud y a la vida; ante un estado capitalista que propone miseria, luchamos por
convertirnos en fuerza social
revolucionaria para luchar por un nuevo mundo; ante un estado capitalista que
sigue proponiendo más neoliberalismo, luchamos por el socialismo.
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