Fuente Fotografía: Diario del Huila
La lucha de los pueblos
indígenas del Cauca basada
en los principios de Unidad, Tierra y Cultura, viene haciendo un llamado desde
hace varios años para que los diferentes grupos armados instalados en sus territorios se retiren, y de esta forma no vulneren más sus derechos civiles
y colectivos, den cumplimiento al principio de distinción y no se
ponga más en riesgo a la población en medio del conflicto armado, ha recibido
como respuesta amenazas y asesinatos a líderes e integrantes de sus
comunidades.
El día de hoy 6 de agosto fue asesinado el comunero Aldemas Pinto, en el municipio de
Caloto, cuando desconocidos en
motocicleta dispararon contra él y otros dos comuneros, quienes resultaron
heridos. Se suma a este hecho las amenazas de muerte contra los líderes
indígenas: Feliciano Valencia vócero político de la ACIN, Luis Alfredo Acosta
líder de la Guardía Indígena, entre otros. La ACIN y el CRIC han hecho la
denuncia pública de estos hechos, en los que han aparecido panfletos en los
municipios de Santander de Quilichao, Caloto, Corinto, Miranda y el resguardo
de Tacueyó, Toribio y San Francisco, firmados a nombre de grupos paramilitares
como las Autodefensas Unidas de Colombia
(AUC).
Nos pronunciamos para rechazar estos hechos, así como
la campaña de estigmatización y acusaciones infundadas de los diferentes medios
másivos de comunicación, el gobierno, y
la organización paralela OPIC creada y agenciada desde la derecha de este país,
pues con sus declaraciones lo único que
logran es alentar y promover más este tipo de actos criminales, racistas y
genocidas. El Estado colombiano y los dueños del poder son y serán los únicos
responsables de lo que suceda con la vida e integridad de estas personas y el
pueblo Nasa, así como de todos los pueblos indígenas en el país.
A pesar del
dolor y la profunda tristeza de perder a sus parientes, compañeros, amigos y
familiares, la comunidad indígena responde con una magnánima resistencia y
fuerza a las posiciones que estigmatizan su lucha y crean un clima de
arrasamiento y aniquilación, dejando
sumida a la población indígena en medio del conflicto armado, el abandono
social y político, llevándose con su ferocidad la vida de miles de personas que
tienen el anhelo de vivir en armonía, paz y justicia en sus territorios ancestrales.
El pueblo Nasa no dejará de movilizarse y actuar para
exigir y dar cumplimiento a sus derechos, el viernes se movilizarán, y la minga por la paz seguirá andando la palabra, y estas
acciones deben ser acompañadas y apoyadas por los demás sectores sociales y
actores que estamos interesados en la construcción de una ruta hacia una nueva
sociedad, donde la paz no sea un concepto abstracto sino un hecho concreto
basado en la justicia social, y en la que se encuentren todas las posturas que
buscan acabar con las relaciones de opresión y dominación.
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