27 de agosto de 2012

Negligencia causa muerte a preso político en cárcel Bellavista








La situación de las presas y presos políticos en los centros penitenciarios de Colombia no ha cambiado, sino que aumenta a un nivel preocupante. Así se haya conocido a la luz esa crisis que por años a denigrado a todos los presos y presas, el gobierno no pone su disposición para cambiar dicha situación.

Esto se ve claramente en las deficiencias que se tiene en la atención médica que “brindan” a los residentes, ejemplo exacto sucedió el 24 de agosto en las instalaciones de la cárcel  Bellavista, en donde el preso político Alexander Martínez Palacio, un hombre de 35 años quien cumplía una condena de 51 meses de encierro; muere a causa de un paro cardiaco-respiratorio. Su fallecimiento no fue síntoma de un momento a otro, sino que llevaba ya desde el 16 de agosto con sintomatologías de fiebre, dolor de cabeza y sangre en su saliva y orina. 

Al ir varias veces al centro médico que se encuentra en el lugar, la negligencia fue su mayor diagnostico, al ser solo suministrado con medicamentos para disminuir la fiebre, y para calmar los dolores parcialmente.

Nuevamente el pasado miércoles 22, los compañeros al no ver la mejora insisten al doctor quien lo atendía, la realización de unos exámenes que luego de ser aprobados sus resultados no eran los mejores, por lo cual el doctor ordeno el traslado del hombre  a un centro hospitalario, de manera URGENTE. Pero a Alexander solo le recetaron la aplicación intravenosa de 2 dipironas, y su retorno al patio 2 donde estaba recluido.

Ya el jueves a la medianoche Alexander no soportaba más el dolor que por culpa de la falta de sentido humano, le produjo la triste e injusta muerte. 

Ante los múltiples hechos como este, se puede comprender que para esos personajes que por medio de estos centros penitenciarios, que solo proporcionan denigración y violación a los derechos humanos, se lucran cada vez más a través del abuso y la muerte de los presos y presas. 

Por esto mismo, hay que seguir mostrando las realidades en la que son sometidas el pueblo, que si bien así hayan cometidos actos delictivos como otros que no y son culpados injustamente, se les debe dar el total respeto a su dignidad como seres humanos.
No hay que dejar en el olvido y en la impunidad las voces de muchos presos y presas, sino que hay que planificar y organizar, la colaboración y el cambio de la función de estos centros.

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