Tras la fuerte crisis económica
desatada en Europa desde hace varios años, el Estado Español ha sido de los países
que más ha sufrido sus consecuencias. El gobierno de Zapatero fue aprisionado
por una crisis capitalista de la cual ningún país se ha podido recuperar, y que
a pesar de la tendencia socialdemócrata del PSOE, el pueblo del Estado Español
fue quien pagó los platos rotos de esas crisis.
Aspecto que se viene
profundizando con la administración de Rajoy, quien ha afrontado esta crisis
promoviendo recortes económicos a las políticas públicas y “liberalizando el
comercio”. En esta ocasión, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de
Guindos, dijo que vendrá: una “reforma de los servicios públicos, sobre todo en
sanidad y educación”, nuevas normas para fomentar el alquiler y medidas para
“liberalizar el comercio y los servicios profesionales”.
Ahora la educación pública se
verá gravemente afectada, para lograr “salvar” la economía en dicho Estado. El
recorte de más de 620 millones de euros en los presupuestos educativos del
Gobierno central en 2012 es especialmente sensible, porque recorta las becas en
estos momentos de crisis para las familias. Se eliminan 10 de los 17 programas
de cooperación con las comunidades y los Campus de Excelencia Internacional.
Se suprime el plan para extensión de guarderías (100 millones), los incentivos
para escuelas (contratos-programas) o los programas de refuerzo, entre otros.
Según Rajoy y su gabinete
ministerial, las políticas que se están dando es para eliminar programas “inviables”
y que no estaban dando los resultados esperados; evidentemente, para la actual
crisis capitalista es difícil otorgar becas dada la aguda situación que vive
cada familia, y por tanto este gasto innecesario no da los resultados esperados
en productividad, pues representa un gasto más para el Estado, quien debe
preocuparse no por el acceso a la educación sino por salvar a como dé lugar las
grandes empresas del Estado Español para lograr re estabilizar de forma momentánea
el sistema económico.
Las carreras con pocos alumnos
podrían cerrarse si no logran elevar la matrícula en los próximos tres años. En
Cataluña, los grados con menos de 40 alumnos desaparecerán el curso que viene. Y
en Galicia se hará un seguimiento a las carreras menos demandadas, con menos de
25 alumnos en primer curso. Además, las tasas de las matrículas en las
universidades públicas han subido por encima del IPC este año, como medida de
financiación, encareciendo así las titulaciones. El alumnado ha venido abonando entre el 15 y el 20% del coste real de la
matrícula.
Ante dichas medidas diferentes organizaciones estudiantiles y
profesorales anunciaron su preocupación, pues se deviene una crisis de la
educación pública, siendo la población la que pagará con endeudamientos y demás
la crisis que provocaron los ricos del mundo. Solicitarán una reunión
con los gremios del sector para proponer una huelga de 48 horas este mes.
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