2 de abril de 2012

Falsos positivos: cuatro años de impunidad


Si tal vez al hijo de la señora Luz Marina no lo hubiera matado un militar, se habría hecho justicia hace mucho tiempo. Pero como sí fue de esta manera y además se aseguró que era un guerrillero en combate, en este caso se hizo evidente la negligencia de la justicia cuando se trata de juzgar militares.  

Y es que en un país donde la vida de una persona se puede traducir en dinero, felicitaciones, vacaciones y otros estímulos, aparecen estos casos aberrantes no sólo por el hecho mismo de la muerte sino del montaje detrás de esto.

Este viernes se condenó a seis militares por el caso de Fair Leonardo Porras quien tenía una discapacidad mental, por lo cual era evidente no podía ser un guerrillero que cayó en combate. Pero eso fue lo que aseguraron los uniformados que lo mataron quienes también hicieron todo el montaje en la escena del crimen para hacerlo pasar como tal. Con todo y lo impresionante del hecho, duró cuatro años en responsabilizar a alguien. Cuatro años en los que los militares han tenido todo el apoyo del gobierno y de las fuerzas militares.

Además de tener que lidiar con lo traumático de la pérdida de un hijo, las madres de los llamados falsos positivos han tenido que vérselas con amenazas hacia su vida y la de su familia “o se calla o le pasa lo mismo que a su hijo”. Frases que no han logrado asustar a estas madres pues ellas siguen exigiendo justicia. Cabe mencionar que pese a todas estas denuncias, el gobierno no ha sido capaz de darles protección alguna. Pero lo que si pudo hacer el gobierno Uribe fue ignorar todas las peticiones y cartas que le enviaban exigiendo justicia por años. 

Si bien ya se va a hacer “justicia” quedan muchos casos más en la impunidad y que incluso ni siquiera han iniciado las investigaciones. Inconsistencias evidentes que se han ignorado: guerrilleros combatientes con las botas nuevas y al revés, discapacidades físicas que harían que las personas claramente no pudieran estar en un combate, armas no disparadas, etc. Son miles las pruebas pero poca la voluntad de hacer justicia. 


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