Desde el
2008 que se desato con fuerza la crisis global del capitalismo, los ricos de ningún
rincón de la tierra han podido dormir en paz. Colombia nunca ha sido una excepción
antes o ahora, sin embargo la jornada del 9 de marzo nos hace recordar imágenes
de la lucha callejera generalizada que han dado los inconformes en toda la
tierra.
Leyendo en
Semana, El Tiempo y El Espectador se nota su desconcierto; tanto por parte de
los medios, como por parte del gobierno distrital (que aunque se vista de seda
de derecha se queda). Dijeron que toda la jornada de protesta fue aprovechada
por bandas, pandillas y hasta milicianos que de manera organizada remplazaron a
los ciudadanos de bien que protestaban pacíficamente y desencadenaron el caos y
la anarquía generalizada. Dijeron también que todo fue culpa del PDA, y otros
más atrevidos hasta señalaron a la insurgencia como los
"organizadores" de la espontanea protesta.
Mucho se ha
cacareado en los medios, ya han explorado varias teorías que expliquen esta
situación, ya han señalado a diversos culpables. Sin embargo, ellos y nosotros
sabemos que NADA DE LO DICHO ES CIERTO;
sus explicaciones no bastan para la situación pues para su perspectiva es como
explicar la existencia de un fantasma.
"¡¿Como
así?! Pero si estaba muerto; pero si no se movía; pero si ya lo habíamos
enterrado y brindado por su ausencia". Allí esta su fantasma, el que
creyeron que había muerto no andaba de parranda porque nunca se fue: AUNQUE NO LO CREAN ESTE PUEBLO AUN SE
EMPUTA Y LUCHA, SIEMPRE ESTUBO AQUÍ Y NUNCA SE HA RENDIDO.
En esta
edición de Semana la portada se la toma "El caos capital", además
incluyen artículos sobre la situación griega y las manifestaciones en el estado
español. Los tres ejemplos nos ratifican lo actual de esa maldición de malinche
que nos ha acosado desde la conquista; maldición que se encarna como comedia en
los mediocres periodistas colombianos. Desde sus artículos malucos señalan que
cuando los civilizados griegos o españoles tropelean y queman edificios y
carros, eso se llama indignación, se llama desesperanza, se llama protesta.
Pero cuando el pueblito en Bogotá se emputa y hace lo mismo en menores
proporciones eso se llama vandalismo, infiltración y crimen.
Digan lo que
digan los tropeles generalizados que vivimos en Bogotá son todo menos
organizados. No hay una consigna unificada, ni una conducción centralizada, ni
una direccionalidad clara. No obstante para ellos hay toda una conspiración
contra el alcalde y el orden general. Lo vivido en este histórico 9 de Marzo no
es más que una expresión espontanea de lucha de nuestro pueblo que no aguanta
más. Demostró su empute y su odio contra atropellos tan cotidianos como la
situación de movilidad y la represión.
Hubo muchas
y muchos capturados y heridos. A much@s los soltaron, a otr@s los han
judicializado, a algun@s los hirieron. Todo esto es parte de una practica histórica
de un estado guerrerista; no obstante solo ellos miden hipócritamente la
victoria o la derrota según los datos. Pese a toda la represión el resultado es
claro: perdieron esta batalla por que el
pueblo ha demostrado una vez más que siempre ha tenido dignidad.
A l@s
estudiantes, a los y las trabajadoras, a los y las desempleadas, a l@s
usuari@s; a todos los y las compas que nos demostraron la infinita capacidad
lucha y resistencia popular en Ciudad Bolívar, en Suba, las Américas, Banderas,
la 80, Portal Norte, la 45, la 53, la 72, el centro y todas las demás esquinas
en las que hubo fuegos de dignidad y resistencia: GRACIAS POR EL EJEMPLO Y LA BERRAQUERA.
Por que sin más que rabia
en la cabeza, amor en el corazón y una piedra en la mano se enfrentaron a la sevicia
y la derrotaron; los tienen locos y temblorosos de que el pueblo se vuelva a
levantar. POR AHORA QUE SIGA LA LUCHA
CADA VEZ MÁS ORGANIZADA.
¡TRANSMILENIO
ESTATAL, NO MÁS LUCRO!
ARRIBA LOS
INDIGNADOS, ARRIBA LOS EMPUTADOS.
NINGUNA JUDICIALIZACIÓN, LIBERTAD A TOD@S.
SU SISTEMA
DE MIERDA ES MÁS VIOLENTO QUE CUALQUIER PROTESTA.
GRACIAS PUEBLO POR EL AGUANTE Y LA
REBELDÍA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario