
Esta semana las víctimas
fueron Manuel Ruiz integrante del consejo comunitario de Curvaradó, líder campesino
en el proceso de restitución de tierras; y su hijo de 15 años Samir de Jesús
Ruiz, quienes fueron desaparecidos y asesinados por paramilitares que desarrollan
sus operaciones en esta zona.
Los dos hombres fueron
desaparecidos el viernes 23 de marzo y sus cuerpos fueron hallados muertos
aproximadamente tres días después, en el municipio de Mutatá. El crimen se le atribuye
a las Águilas Negras quienes prosiguen con su exterminio en beneficio de los
agro-negocios.
Manuel, líder de la comunidad
de Apartadocito había sido objeto de amenazas de muerte debido a la reclamación
de tierras ocupadas por los empresarios Víctor Ríos, Fabián Ríos y Carlos Ríos
por medio de sus trabajadores como el “Viyo” y Leonel Holguín Suescún,
beneficiarios del paramilitarismo.
El homicidio de líderes
campesinos en Colombia no es un fenómeno nuevo, ha sido una práctica sistemática
utilizada por grandes terratenientes y empresarios aliados con el
paramilitarismo para desarticular los procesos organizativos y de movilización del
campesinado y para dar un mensaje de terror al resto de la población.
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