Otro escandalo volvió a sacudir a
las fuerzas militares, esta vez no son falsos positivos, violaciones a niños en
Arauca o masacres a la población civil; en esta ocasión el debate es sobre las
declaraciones del comandante de la Armada Nacional Roberto García Márquez en las que admitió no tolerar
soldados homosexuales.
Cabe resaltar que la aversión a
las personas homosexuales es un principio incrustado en el corazón de las
fuerzas militares bajo el discurso de la defensa de los valores, el honor y los
buenos morales, lo que ha generado que las personas que aceptan públicamente
esta afinidad sexual sean victimas de abusos por parte de altos mandos y sus
propios compañeros.
Es por esto que las declaraciones
homofóbicas del comandante García son predecibles, aunque causa asombro su cinismo,
se sabe que muchos altos mandos de las FF.MM no toleran la homosexualidad, pero no se
esperaría que dichos personajes lo reafirmen en una entrevista.
"No se vería bien un par de
militares cogidos de la mano, besándose, eso choca contra el sentido común y
contra la ética, la moral y eso más o menos es lo que nosotros siempre buscamos
que sea incólume en la institución"
Cuando un militar se expresa tan airadamente en contra de un tema y
guarda silencio frente a otros temas, nos deja la idea de que existen ciertas acciones que se le
permiten a las FF.MM y otras que desde que no salgan a la luz pública son
incluso incentivadas.
Casi ningún militar en la
historia ha dado declaraciones rechazando el abuso sexual como arma de guerra,
mientras que por otro lado se cuenta con un amplio expediente de declaraciones
de militares en contra del soldado homosexual.
¿Será que se deben perseguir las
inclinaciones sexuales de los soldados? O mejor ¿perseguir sus delitos sexuales
en contra de la población civil, las guerrillas y sus mismos compañeros?
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