Bogotá 14 de marzo de 2012
Respetado profesor
Usted no nos conocer y nosotros conocemos de usted lo que ha
expresado en su propuesta programática a rectoría, en sus intervenciones
públicas, en su ejercicio académico y en su hoja de vida. Nos dirigimos a usted
para plantear algunas inquietudes y posturas que como parte activa de la
comunidad y como uno más de los actores políticos que se manifiestan en el alma
mater tenemos alrededor de este momento en la vida universitaria
La universidad y el país se encuentran en una compleja
coyuntura que proyecta dos alternativas: se profundiza el espiral de crisis y
conflicto o se generan nuevos espacios de inclusión política democrática
distintos a los de la “unidad nacional”, que es más bien unanimismo
antinacional y que tiene sus partidarios en la universidad. Como usted intuirá,
nosotros no hacemos parte de ellos. En ese sentido consideramos que la vida
democrática en la universidad ha sufrido una grave perversión y tiende a
parecerse en muchos aspectos a la vida “democrática” nacional marcada por el unanimismo,
el dogmatismo gobiernista de inversión extranjera y prosperidad democrática y
expresiones de militarismo que cubren todos los ámbitos de la vida nacional.
La rectoría del profesor Wasserman se caracterizó por no
escuchar nunca a la comunidad universitaria realizando reformas inconsultas que
mediocrizaron la academia, burocratizaron la administración, haciéndola más
ineficaz e ineficiente y profundizando con intención o sin ella la
desfinanciación y la crisis política universitaria
Nos inquieta que la próxima, continúe siendo una rectoría
alejada y sorda a los intereses de la comunidad, que acalle a los trabajadores
(quienes hoy siquiera participan en la consulta) que no escuche a los
estudiantes y que no ofrezca garantías a los profesores para el ejercicio
docente y la investigación, una rectoría más preocupada por congraciarse con la
iglesia neoliberal, las multinacionales y los grandes empresarios, que por
solucionar los graves problemas que nos aquejan. No vamos a elaborar una
tediosa lista porque creemos que usted como candidato sabe de sobra a qué nos
referimos
Es nuestra postura que la universidad debe servir a la
construcción de nación, a la construcción de una democracia que recoja los
intereses de la amplia mayoría de los ciudadanos y que deje de identificar la
prosperidad nacional con la prosperidad de los detentadores del poder. De este
modo no queremos una universidad una universidad que sirva a las
multinacionales, que sirva al TLC, que sirva a la profundización de la brecha
económica y a la inequidad que a la solución de problemas acuciantes del país nacional,
el país de verdad el país de amplias mayorías sumidas en la ignorancia y en la
miseria, somos un país en conflicto, inequitativo, políticamente inmaduro casi
inmune a la modernidad en que la universidad tiene un papel definido por esas
condiciones históricas y políticas, y el que cumpla o no ese papel tiene como
condición el ejercicio democrático, ciudadano y de derechos al interior de la
universidad. Se viene el proceso de elección a rector profundamente
inequitativo y antidemocrático, sin embargo única manera de manifestar los
sentires de la comunidad, precisamos enfatizar en las dificultades que tiene el
ejercicio democrático en la vida universitaria, dificultades que incluyen
persecución, amenazas, seguimiento, vigilancia y hostigamientos.
Todas situaciones
que han sido denunciadas por la comunidad en distintos ambientes, momentos y de
diversas formas. En nuestro caso, desde la capucha y la clandestinidad con
independencia política, sin chapas nombres ni banderas, como actores políticos
de la vida universitaria. Es desde la postura que algunos llaman radical que
planteamos algunas inquietudes. ¿Habrá espacio en su rectoría para la
diversidad política y el debate público? Estamos seguros que usted no ignora
que somos parte de la universidad y no elementos ajenos a ella, en ese sentido
esperamos que no sea con la
descalificación consuetudinaria o mirando para otro lado que se respondan
nuestros desasosiegos. Creemos que la universidad no debe reproducir la
polarización que impera en el ambiente nacional, hacemos parte del conflicto y
es obvio nuestro interés por ser parte de la solución. La pregunta es, ¿se
seguirán tramitando los conflictos universitarios y estudiantiles como
problemas de orden público, o vamos a construir desde la universidad un ejemplo
de democracia y soluciones políticas?
No somos ajenos a los alcances y avances del movimiento
estudiantil y de la MANE, con la que categóricamente lo decimos no tenemos nada que ver. Pero creemos
que mientras persista la antidemocracia en la universidad la solución a nuestra
crisis se complejiza y aleja.
Hay una pregunta que totaliza nuestras inquietudes y es: ¿Qué
universidad vamos a construir?
Agradeciendo su atención y comprometiéndonos a estudiar
minuciosamente sus respuestas nos despedimos deseándole éxito en el conjunto de
sus actividades.
Atentamente:
Estudiantes UN
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