Mañana se realizará la consulta a
la comunidad académica para la designación del rector de la Universidad
Nacional.
Varios debates se han dado en la
Universidad Nacional de Colombia en las últimas semanas referente al proceso de
designación de rector, que se llevará a cabo el próximo 29 de marzo por parte
del Consejo Superior Universitario (CSU).
Esta coyuntura ha sucintado
varias polémicas sobre Democracia y Autonomía Universitaria y Gobierno
Universitario entre los estudiantes, trabajadores y profesores, no solamente
sobre el proceso de designación, que es claramente antidemocrático, sino que
trasciende a debates sobre la composición del CSU y la imposición de sus
políticas, además, se cuestiona lo que se entiende por comunidad universitaria,
pues los trabajadores jurídicamente no hacen parte de ella.
El proceso de designación de
rector inicio hace varias semanas en todas las sedes de la UN, los candidatos a
rectoría dieron unos debates con la “comunidad académica”, estos debates poco convocados
y poco nutridos fue el proceso democrático que los candidatos defienden. La
participación que tendrá la comunidad académica es la gran consulta, que en
términos reales no influye en el proceso de designación, supuestamente tiene el
peso del 30% de la decisión del CSU, aunque curiosamente en los procesos anteriores
el candidato que queda designado como rector, nunca ha ganado las consultas, y
por el contrario, como es el caso de Wasserman, es el candidato con menor
votación.
Esto genera el debate sobre la
composición del CSU, de 8 integrantes, solo 2 hacen parte de la comunidad
universitaria, un estudiante y un profesor, es decir que el voto de aproximadamente
45.000 estudiantes y 3000 profesores, es igual al voto que puede
tener el delegado del gobierno, o el delegado del Ministerio de Educación, el ex
alumno exitoso, o el ex rector (que también fue designado por el gobierno). La
composición del CSU demuestra que los cuerpos administrativos son un espacio
para lograr desarrollar las políticas del gobierno en la Universidad, es decir,
que realmente no tenemos autonomía universitaria, pues el desarrollo de las
políticas y programas de la universidad no sólo están ligadas a las exigencias
del sector privado por el proceso de privatización en el que está inmerso la
universidad, sino que su gobierno es totalmente homogéneo a la política del
gobierno central del país.
Estos temas que
surgen en el ámbito universitario no puede sucintar cada vez que los
estudiantes se encuentren en periodo electivo, sino que debe ser un debate
nutrido que responda a las necesidades de una universidad sedienta de
democracia y autonomía, por ello, estos temas que hacen parte del desarrollo
del programa mínimo permitirán que el conjunto de la verdadera comunidad
universitaria, los profesores, estudiantes y los trabajadores, decidan sobre la
composición de los cuerpo colegiados, una composición equitativa y democrática,
además del proceso de designación no solo del rector, sino de las políticas que
se tomen en la universidad, en el marco de la construcción alternativa de
propuesta de educación superior.
Finalmente, para
realizar un proceso alternativo a la consulta académica que demuestre el
carácter antidemocrático de la misma, las sedes de la Universidad Nacional
realizarán el día 22 de marzo una consulta alternativa que denuncie el falso
proceso democrático que se esta realizando, además, el conjunto del
estudiantado de la UN convoca a un pupitrazo el próximo 28 de marzo en aras de
visibilizar la problemática de la universidad, y como mecanismo de presión
política para que el CSU tome en cuenta la decisión de la comunidad académica,
que se ha mostrado a favor del profesor Leopoldo Munera, pues se ha convertido en un
icono de los estudiantes de lucha por la educación y de denuncia del statuo quo
de la universidad.
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