NADA ES ¡IMPOSIBLE!!! PRESIDENTE SANTOS
CARLOS MEDINA GALLEGO
Docente-investigador
Universidad Nacional de Colombia
Uno de los mártires y victimas más simbólico de la historia de la
violencia en el país es el caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán, a él
se le atribuye una bella y significativa frase que hoy le viene muy bien
al presidente Santos a raíz de sus declaraciones sobre las solicitudes
de las FARC-EP en la mesa de conversaciones en relación con el tema de
la Participación Política: lo imposible no es mas que lo difícil visto
por ojos donde no ha nacido la fe y ha muerto la esperanza.
No se trata de la buena fe de que habla el presidente cuando afirma
“para llegar a la paz, para llegar a los acuerdos, se requiere buena fe,
- y - de parte nuestra está esa buena fe”; esa fe de la que habla el
presidente es desafortunada pues el sentido de esa buena fe esta
dirigida a reclamar honestidad y sinceridad en materia de compromiso con
el proceso y no creo que las FARC-EP hayan dado menos muestras que el
gobierno al respecto, en estos meses de conversaciones y acuerdos,
habiendo resuelto casi en su totalidad el punto primero de la agenda que
hace referencia a uno de los problemas estructurales que dieron origen
al conflicto: El tema agrario.
La Fe de que nos
habla Gaitán es otra fe es la que hace referencia a la convicción que se
debe tener para sortear toda dificultad y sacar adelante un proceso que
se constituye por si mismo una necesidad urgente y prioritaria. Es la
Fe que es capaz de derrumbar montañas de objeciones porque se alimenta
de la esperanza viva de paz que tiene este país y que se ha hecho
explicita en múltiples foros, marchas, congresos, paneles, columnas de
opinión, seminarios, talleres, cátedras y cuanta forma de organización y
convocatoria de demanda, reflexión y análisis de paz se han dado y se
siguen dando, incluso encabezadas por el propio mandatario. Total, lo
imposible no es más que lo difícil y, nadie ha dicho en este país que
sacar adelante un proceso de paz es fácil, que no hay que ponerle fe y
llenarse de esperanza.
El Primer informe conjunto de
la mesa de conversaciones entre el Gobierno de la República de Colombia
y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejercito del Pueblo,
FARC-EP, dado a conocer el pasado 21 de Junio, en La Habana-Cuba,
muestra la magnitud del esfuerzo que se ha hecho y la importancia de los
acuerdos alcanzados. Desmiente completamente la idea de que la FARC-EP
va hacer la revolución en una mesa de conversaciones y que el gobierno
esta entregando a la subversión el país. No existe en ese informe nada
distinto a la necesidad de emprender un conjunto de transformaciones
democráticas que contribuyan a generar mejores condiciones de vida,
trabajo, convivencia y productividad en el campo y en la ruralidad
colombiana, propuestas que están revestidas de la mayor legitimidad
social y gremial porque fueron construidas desde los resultados de los
distintos eventos democráticos en los cuales se pudieron expresar todos
los sectores de la sociedad.
Si hay una fuerza que
haya revolucionado su pensamiento ha sido la FARC-EP, se han inscrito en
un proceso de transformaciones democráticas, realistas y viables, no
solo en lo agrario-rural cuya defensa central se ubica en torno a las
Zonas de Reserva Campesina, la defensa de las tierras comunitarias
indígenas y colectivas afrodescendientes, al mejoramiento de las
condiciones de vida rural y a la protección del medio ambiente, sino, en
el tema de la participación política, no reclaman otra cosa que la
ampliación y la profundización de la democracia que desde luego
requiere, como todo, transformaciones democráticas que comprometen
desde luego la institucionalidad del Estado.
Pero,
nótese bien, las FARC-EP no están exigiendo expropiación de la
totalidad de la tierra para distribuirla entre los campesinos que
hubiese sido el camino por una revolución socialista, ni están
transformando el Estado Social de Derecho en una Estado Totalitario de
un único partido. Nada de eso están proponiendo.
En
materia agraria, han acordado un paquete de reformas democráticas que
garantice al país el desarrollo de la economía campesina que es el
soporte esencial de la seguridad alimentaria y de la sustentabilidad
ambiental de la nación, al lado de un modelo de economía comercial con
zonas de desarrollo empresarial que garantice condiciones laborales
dignas a los trabajadores del campo. Claro, hay que titular la tierra
que los campesinos culturizaron e hicieron productivas de los baldíos de
la nación, hay que ofrecerles las mayores garantías para que
dignifiquen su vida contando con apoyos técnicos y crediticios,
subsidios para campesinos que producen la canasta alimentaria nacional,
mercados seguros, vías para sacar sus productos. Desde luego que es
necesario enfrentar el latifundio improductivo, ese es un reclamo no
solo de las FARC-EP, Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de
Agricultores de Colombia-SAC- lo ha hecho bandera reivindicativa de la
Sociedad y sabe que es necesario recuperar para la agricultura 20
millones de hectáreas de esa ganadería extensa e improductiva. Para
decirlo en pocas palabras lo que se esta proponiendo no va mas allá de
lo que necesita el país en materia de una Reforma Rural Integral o de
una posible Reforma Agraria Democrática.
En materia
de transformaciones política no veo amenaza de ninguna naturaleza en el
Decálogo de Propuestas sobre participación política presentada por las
FARC-EP a la mesa de conversaciones; qué puede amenazar la
institucionalidad política y el Estado Social de Derecho propuestas como
una reestructuración democrática del Estado y una reforma política que
amplié los escenarios de participación a todos los sectores de la
sociedad; el reclamo del ofrecimiento de garantías plenas para el
ejercicio de la oposición y del derecho a ser gobierno sin que tenga que
soportarse la estigmatización política y la ofensiva de cualquier
Procurador General de la nación anclado en un pasado sectario y
clerical; garantías para que quienes estuvieron en la guerra puedan
pasar al ejercicio de la política si hay un acuerdo final, no es de eso
lo que se les reclama, de que cambien las armas por votos… entonces
porque se escandalizan ante la posibilidad que lo hagan y se llenan de
vallas sectarias las ciudades del país; será que es absolutamente
imposible democratizar la información y la comunicación y abrir a la
democracia de opinión los medios masivos de comunicación, porque eso
hace parte fundamental de la construcción de un modelo de convivencia
democrática autentica; qué de extraordinario e inviable tiene, de
imposible, para utilizar los términos del presidente, reclamar el
estímulo a la participación de las regiones, los entes territoriales y
los territorios o la participación social y popular en el proceso de la
política pública y de la planeación y, en especial, de la política
económica o, ofrecer garantías de participación política y social de
comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes y de otros
sectores sociales excluidos o que, se estimulé la participación social y
popular en los procesos de integración de Nuestra América o que se
promueva una cultura política para la participación, la paz y la
reconciliación nacional y se garantice el derecho a la protesta y la
movilización social y popular que esta contemplado en la constitución
política. O que se haga uso, si así se requiere para garantizar la paz
del país de los artículos 374 y 376 que definen los criterios para
convocar una Asamblea Nacional Constituyente.
Las
constituciones y las leyes, los pueblos las promulgan para que les
ofrezcan las mejores condiciones para vivir en paz y con la mayor
libertad, bienestar y seguridad posible, no para que se conviertan en
un obstáculo cuando la voluntad general de la nación esta demandando de
encontrar el camino de una paz estable y duradera. El instrumento no
puede doblegar la voluntad humana ni ser obstáculo para que los cambios
que se requieren se produzcan.
No veo en las
propuestas presentadas por la FARC-EP nada de imposible para un gobierno
que no ha perdido la fe y que mantiene viva la esperanza nacional de
Paz.
Señor presidente no convierta el tiempo de las
conversaciones, la dejación de armas y una Asamblea Nacional
Constituyente en inamovibles, en imposibles, porque eso conduciría al
fracaso un proceso que se ha llevado sin duda alguna de manera
exitosa…hasta hoy.
Bogotá, Junio 22 de 2013.
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