CAMILO TORRES RESTREPO
Educación superior y lucha estudiantil
CARLOS MEDINA GALLEGO
Docente Investigador
Universidad Nacional de Colombia
Los
temas de la educación superior, la organización y la lucha estudiantil
tuvieron un lugar especial en la vida y obra de Camilo Torres Restrepo.
Una lectura juiciosa y actualizada de sus escritos ayuda no solo a
pensar el actual momento por el que atraviesa la lucha universitaria,
sino, aspectos esenciales de las problemáticas de la educación superior y
de la organización estudiantil. Este ensayo busca colocar a centro de
la reflexión los elementos que definen la vigencia y validez del
pensamiento de Camilo sustrayendo las ideas esenciales del mismo del
momento especifico de su producción para darles la transcendencia
histórica que tienen y la importancia que adquieren hoy.
Una universidad autónoma para el desarrollo de la cultura.
Desde
muy temprano Camilo comienza a plantearse la necesidad de liberar la
universidad de las influencias políticas partidistas, que en el momento
la representaban el partido conservador y liberal, para que esta
institución adquiera la independencia y autonomía que le permita cumplir
la función social que la sociedad en su conjunto le ha asignado y que
no consistía en otra que en contribuir a la solución de sus problemas
mas urgentes y sentidos. En un debate sobre el carácter político de la
universidad con el periódico Bisturí, que desarrolla en el periódico La
Razón (1947), Camilo expone una serie de puntos de vista que leídos en
el contexto de la actual coyuntura tienen la mayor vigencia; comienza
por afirmar que la universidad tiene muchísimos problemas que exigen de una solución inaplazable y que uno de ellos, tiene que ver con la autonomía científica la que para ser posible requiere que la universidad cuente con una financiación adecuada por parte del gobierno y que ese es
un punto sobre el que profesores y alumnos están totalmente de acuerdo y
respecto al cual el gobierno no ha tomado ninguna medida.
Para
Camilo la financiación de la universidad, esto es de la educación
superior, debe darse a través de una decisión de gobierno de crearle rentas propias (en
el lenguaje actual un presupuesto adecuado, suficiente y oportuno) a
la institución, de manera que esta pueda garantizarse a si misma la autonomía científica. Para él no es suficiente que el Estado preste una ayuda económica al máximo organismo docente del país
sino que resulta de la mayor importancia que las instituciones
universitarias cuenten con los recursos que requieren para adelantar a
cabalidad las tareas académicas y científicas que permiten el desarrollo
de la cultura. Y, como el presupuesto depende de los organismos
políticos, camilo señala que la universidad esta ya bastante desarrollada para poder tener aspiraciones más amplias y mas técnicas y que no se puede desear que una institución de tanta transcendencia para el país dependa de la voluntad de los organismos políticos.
La
financiación adecuada, suficiente y oportuna de la educación superior
es para Camilo la base esencial del modelo de universidad que el
concibe: Se necesita una universidad, afirma, completamente cultural y para esto es necesario que sea autónoma.
Esta afirmación de Camilo nos coloca frente a una de las columnas del
debate actual: la relación entre financiación, autonomía, universidad y
cultura.
Es absolutamente claro que para Camilo la
universidad es una institución para el desarrollo de la cultura y que
esa es la naturaleza de su esencia; que la cultura tiene distintas
expresiones y que, entre muchas otras, están las ciencias y las artes,
unas sirven a la solución de los problemas de la sociedad y las otras
contribuyen al fortalecimiento de las relaciones de la identidad
nacional. Pero para que la universidad sea ella y encarne el patrimonio
cultural de la nación, libre de toda manipulación política es necesario
que ella en su conjunto sea autónoma y esa autonomía no se le da
gratuita a la universidad, sino que es el resultado de sus luchas y
procesos de organización, a este respecto Camilo afirma que es posible que estos deseos de autonomía verdadera sean ignorados por el presidente- gobierno. Pero más allá de inculpar la actitud del gobierno que recorta y niega la autonomía universitaria verdadera lo que hace Camilo es señalar que esto se produce por otra razón adicional que supone una completa desorganización de los estudiantes para manifestar sus opiniones.
Por
esta razón Camilo señala la necesidad de la organización universitaria
nacional pero también advierte de las dificultades de la misma y de la
razón de sus fracasos: la federación de estudiantes colombianos
no es una institución que carezca de objeto. Por el contrario, obedece a
una imperiosa necesidad. A la necesidad de hacer patentes los deseos
colectivos del estudiante universitario y mostrar su efectivo valor con
la fuerza que produce la unidad de acción y la conformidad a un
pensamiento idéntico (programa mínimo). Para Camilo el camino que
debe seguir el movimiento universitario frente a los retos que le
plantea cada momento histórico es claro: …solamente existe un
intento entre nosotros que tiende a colectivizar los deseos de los
universitarios y planificar su manera de intervenir en la solución de
los problemas que le atañen en común y es la llamada “Unión
Universitaria” (Algo así como lo que la MANE seria hoy.), pero no deja de señalar las dificultades y los fracasos a los que puede verse abocada afirmando que: ..por diversos motivos, entre otros la apreciación errada de su intención y el desconocimiento de sus finalidades pueden conducir a logros limitados y fracasos.
Para
Camilo la lucha por una universidad autónoma y cultural tiene como
prerrequisito la organización y la unidad del pensamiento universitario
en torno a una agenda de reivindicaciones básicas que le permitan
alcanzar logros significativos. Hace particular realce de la urgencia de
la participación en procesos de discusión de la vida universitaria de
los estudiantes y de la necesidad de la organización nacional estudiantil entorno a unas finalidades específicas.
La universidad y su compromiso con los problemas sociales
Para
Camilo Torres Restrepo la universidad cumple un papel fundamental en la
formación del ser humano desde una perspectiva que coloca a los jóvenes
al frente de los procesos de transformación de la sociedad y en la
conducción de sus procesos sobre la base esencial de una solida formación científica y una ineludible postura ética: La universidad, dice Camilo, ha
tenido siempre el papel de formar los dirigentes de un país, tanto
desde el punto de vista científico como desde el punto de vista
ético(1956).
Desde el punto de vista
científico dotando a los futuros profesionales de aquellos conocimientos
indispensables para investigar y resolver los problemas específicos de
su país, de su sociedad. Pero, Camilo considera que no puede ser
de cualquier forma, ni cualquiera puede ser la actitud de ese
profesional y por eso se preocupa por señalar la fundamentación ética
la que coloca en dos sentidos distintos, uno en el que predomina el
interés individual del profesional y, dos, en el que se prioriza en el
interés colectivo, el interés social, por eso afirma que la formación
del profesional desde el punto de vista ético se da en dos sentidos: negativamente,
enseñándolos a emplear esa ciencia sin menoscabo de los derechos… de
los demás; positivamente, dirigiendo sus inquietudes científicas más
hacia el servicio del prójimo que al servicio de si mismo. La
opción de Camilo es clara: se puede ser un buen profesional y no
comprometerse con nada mas que consigo mismo, e incluso hacerlo sin
erosionar los derechos de los demás, pero para él, la postura ética
correcta es la de ser un buen profesional y poner sus conocimientos al
servicio de la sociedad representada en el prójimo.
Estos planteamientos hechos por Camilo se dan en el
contexto de su condición de sacerdote y en su preocupación por
cualificar las capellanías universitarias; en razón de eso, pero
además, de su convicción religiosa, no abandona en su discursos la
doctrina de la fe cristiana, lo que no le resta para nada la naturaleza
de su compromiso social en crecimiento y cualificación. Al afirmar sobre
doble formación que debe tener el profesional en lo científico y en lo
ético, señala que: Esta doble formación está hondamente arraigada,
no solamente en los principios de la revelación, sino también en los de
la simple razón natural. Y es tal vez desde este planteamiento que
comienza a hacer girar la concepción del amor al prójimo hacia el amor
eficaz y el principio cristiano de la caridad, hacia el compromiso
social de la solidaridad, lo que en su época y en la maduración de su
pensamiento político no resulta fácil hacer ante una sociedad
pre-moderna y profundamente religiosa. Pero Camilo tiene la habilidad
para ir construyendo el discurso llenándolo de nuevos sentidos y
significaciones más transcendentes sin desconocer la realidad en que
esta inmerso y los límites que esta le impone: Por la revelación
sabemos que el máximo mandamiento es el de la caridad de Dios y del
Prójimo. Sabemos también que es una tentación a Dios el querer lograr un
fin sin poner los medios más apropiados para obtenerlo. Ahora bien la
caridad es servicio y el medio mas apropiado para servir es la ciencia. La razón natural nos dice que la ciencia tiene que tener como fin al hombre, concebido en toda su realidad. La ciencia no se puede concebir sino como servicio del hombre y de Dios, a través del hombre. El giro es absolutamente claro en Camilo, la ciencia debe estar al servicio del hombre y eso es lo sagrado.
Pero
Camilo no se queda ahí, no puede colocarse la ciencia al servicio del
hombre de cualquier manera, el quiere evitar desviaciones y quiere
precisar conductas positivas por eso ahonda en la disertación afirmando:
el servicio del bien común a un a costa del bien individual, no es
sincero ni efectivo, si no se tratan de buscar los medios más aptos; el
servicio del hombre no puede concebirse sin la ciencia y la técnica. Camilo
es conocedor de las limitaciones que tiene el desarrollo de la ciencia y
de la técnica no solo en el país, sino en todo el continente y sabe que
formar científicos y técnicos esta precedido de la formación de seres
humanos y que existen frente a estas circunstancias unas urgencias
inaplazables: … en nuestros países latinoamericanos, en donde la
desproporción del desarrollo de los elementos materiales con respecto al
desarrollo de los elementos humanos es mayor, la urgencia de la
formación humana es más apremiante.
Para
Camilo el profesional presta un servicio y ese servicio siempre es
social, pero el considera que este no se puede prestar socialmente sino
desde una perspectiva ética en la que predomina el interés general sobre
el particular. Por eso señala que: Todo servicio es social
ya que supone, por lo menos, de dos individuos. En este sentido la
formación ética siempre ha debido ser social y, por lo tanto –aunque no
sea sino por esta razón- ha debido ser social siempre la formación
científica, ya que no puede haber formación moral sin formación
especulativa. Existe en Camilo una profunda preocupación por el
aspecto ético y humanista de la formación profesional porque de ello
depende el modelo de dirigente y de sociedad que se construye. Por eso
no economiza ningún esfuerzo en afirmar con fuerza que la enseñanza
científica de las universidades se ha orientado, a través de los años de
acuerdo con las necesidades y las inquietudes de cada época. Afirmando que Ésta es la única manera de crear dirigentes que respondan a la vocación histórica que les toca realizar en cada época.
Pero
los retos de cada época tienen en Camilo una prioridades que son las
que resultan de mas urgente tratamiento, por eso señala que…los
problemas sociales son los que reclaman más insistentemente una solución
y los que más inquietan al hombre moderno; la política nacional e
internacional se orienta hoy en día de acuerdo con ellos. Las diversas
ciencias: medicina, ingeniería, arquitectura, psicología,
economía…insisten cada día más en sus incidencias sociales.
Las
observaciones de Camilo en su momento demarcan el camino no solo de las
necesidades, sino de los compromisos y de las obligaciones, las que hoy
si que resultan ser urgentes: El mundo se despierta de un largo letargo individualista para especializarse en la sociedad. Es
imposible que la universidad que es la que forma a los dirigentes de
los diversos países no los capacite para solucionar adecuadamente los
grandes problemas contemporáneos. La universidad traicionaría su misión si formara profesionales, sin interés por el hombre, por la sociedad y por Dios.
Pero para Camilo ese interés no surge gratuitamente, no sale de la
nada, es el resultado de un compromiso de la universidad, de sus
estudiantes y de sus profesores en sus procesos de investigación de la
realidad, por esto, señala que… Éste interés no se logra hoy en día
sin mostrar las causas profundas de los problemas humanos actuales y las
necesidades sociales que reclaman pronta solución.
Para Camilo en conocimiento adecuado de la realidad no se puede hacer sin investigación científica, por esto considera que toda acción social este basada, además de su base doctrinal, sobre la investigación positiva de la realidad. Esto significa, dice Camilo, que
las universidades no pueden abstenerse de contemplar el problema de la
investigación social. Los problemas sociales son eminentemente
concretos; dependen de cada cultura y de cada sociedad. Para
Camilo, la concreción de un problema esta definido por su especificidad y
la generalidad, si bien contribuye no resuelve el problema en sus
particularidades: El tratar de dar principios sin aplicar a una
realidad nacional bien determinada, no seria de mayor aporte para el
bien de nuestro país. Es necesario que los profesores de ciencias
sociales positivas basen sus cursos en las investigaciones concretas que
se hayan hecho.
La preocupación por los problemas sociales desde la concepción de Camilo Torres Restrepo demanda de una base mínima de altruismo que debe fundarse sobre principios sólidos y alimentarse adecuadamente para que pase a la práctica. Camilo considera desde su concepción religiosa que la
mística cristiana, en cuanto basada enteramente en el amor, es la más
alta para dar esa dosis de altruismo, y no solamente en un grado mínimo,
sino también en el grado heroico…que muestra la historia de la iglesia.
Para Camilo el abordaje de los problemas
sociales debe darse desde una doble concepción; el compromiso a través
de una mística soportada sobre el amor y una mínima y heroica actitud
altruista y, el conocimiento racional de los problemas resultante de la
investigación social; para ello propone al encuentro de capellanes
universitarios en 1957 la creación de un instituto interuniversitario de
investigación social que provea de investigaciones e investigadores las
Facultades de Ciencias Sociales del país.
Educación, inconformidad juvenil y compromiso social
Sobre
la base de la comprensión de la desigualdad social en los países en
desarrollo, resultante de la distribución inequitativa de la riqueza,
Camilo arriesga un interesante reflexión sobre la desigualdad en las
oportunidades educativas de la población en general en la que no solo
explicita, sobre cifras para la época, el déficit de cobertura, el
ausentismo y el analfabetismo en primaria y bachillerato, sino que,
además señala desde temprano el crecimiento de la educación privada
frente a la educación publica: …sabemos que el nivel de educación es
bajo y que, a pesar de que solamente el 12% de los alumnos de primaria
están en escuelas privadas, la enseñanza primaria oficial es tan escasa
que no contamos con suficientes escuelas para ejercerla. En la enseñanza
secundaria encontramos que el 82% esta en manos privadas con el
consiguiente efecto sobre los precios, ya que por un lado no hay
subsidios oficiales para los colegios de secundaria y por el otro es mas
o menos generalizado el hecho de que estos colegios de secundaria son
verdaderamente un negocio y por eso mismo los precios son muy elevados. Esto
lo podemos comprobar con la multiplicación de los colegios de
secundaria que vienen del dominio privado; si no hubiera verdaderamente
un aliciente económico seria muy difícil suponer que existe ese espíritu
apostólico en los empresarios escolares en forma tan generalizada.
Para
Camilo no es menos grave la situación de ingreso a la universidad,
sabe que de los estudiantes que se presentan a las universidades
publicas, nacionales, departamentales o municipales, solo ingresan una
pequeña proporción y que los otros tienen que irse, si pueden y tienen
con que, hacia las universidades privadas y, que muchos de ellos, no
logran terminar sus estudios profesionales. Por ello Camilo considera
que en un país como el nuestro, dentro de la estructura general de
la institución educativa, los universitarios son verdaderamente un clase
privilegiada, si no desde el punto de vista económico, si desde el
punto de vista cultural. Este es el primer hecho que tenemos que anotar:
Los universitarios son una clase privilegiada. Pero la postura de
Camilo es absolutamente clara, el privilegio de que gozan es el de la
cultura y ese privilegio les da no solamente una condición especial,
sino, una responsabilidad mayor con los problemas de su país, nadie como
ellos, evolucionando como profesionales, comprometidos, científicos y
altruistas, tienen el deber moral y ético de contribuir a elevar el
nivel de vida de la población y generar los procesos de un desarrollo
que se construye sobre la igualdad y la distribución equitativa de la
riqueza.
Sin embargo, eso no siempre es así y Camilo lo
sabe, el compromiso y la inconformidad no se da de manera natural y
muchos profesionales se acomodan a un mundo que les ofrece privilegios a
cambio de renunciar a confrontarlo: Los grados de conformismo, dice Camilo,
están directamente relacionados con dos factores: con el compromiso con
las estructuras vigentes y con la conciencia que se tenga de las
deficiencias de esas estructuras. Para Camilo, la conciencia del cambio social esta en una correlación estrecha con el nivel educacional. Sin embargo, él es consciente que la mayoría de los profesionales son
burócratas que están comprometidos con las estructuras vigentes y
dependen de esas estructuras para vivir ya sea por su empleo o por su
servicio profesional. De manera que cuando se supera el nivel cultural,
cuando se logra la conciencia social gracias a una educación mayor,
comienza a surgir el fenómeno del conformismo. El conformismo con las
actuales estructuras esta condicionado, afirma Camilo, por el grado de dependencia de ellas para poder subsistir, para poder desarrollarse.
La
relación entre inconformidad juvenil y el compromiso social es uno de
los temas abordados con mayor interés por Camilo cuando revisa lo que ha
sido a través del tiempo el comportamiento de los estudiantes al
respecto; esto, le permite tipificar unos modelos que muestran como se
trasforman en el tiempo los roles que desempeñan los jóvenes desde el
ingreso hasta el momento que salen de la universidad con sus respectivos
títulos. Comienza señalando que la condición privilegiada de ese
reducido grupo de estudiantes que ingresa a la universidad publica tiene
la particularidad de poseer un nivel alto de educación y probablemente
un nivel alto de inconformismo…debido a que estos aun no están
comprometidos con las estructuras vigentes. Sin embargo, señala Camilo, el
fenómeno del inconformismo de los universitarios varía más o menos a lo
largo de los años de estudio. Si hacemos un grafico con los grados de
inconformismo, prepone Camilo en su análisis, podríamos ver una
curva donde hay poco al principio de la carrera, porque todavía no se
han adquirido muchos conceptos y no se ha entrado en el ambiente
inconformista universitario. Ya en el segundo año comienza a entrarse
más, se coge más confianza en el ambiente y hay más adaptación. En el
tercer año es probablemente el de más anticonformismo, para después
declinar algo porque el individuo comienza a volverse menos absoluto en
sus juicios, menos decidido, pero principalmente porque en los últimos
años aparece la preocupación de inserción en las estructuras vigentes. Para
Camilo la inconformidad en la mayoría de jóvenes es solamente temporal
y se produce especialmente dentro del ámbito universitario, pero no
hace de esa afirmación una generalidad, si no que, señala que hay muchos universitarios que adquieren un anticonformismo y lo sostienen durante su vida profesional.
Digamos que lo que Camilo denomina de manera prudente anticonformismo, a lo que esta haciendo relación realmente, es al grado de rebeldía y compromiso
que suelen tener los estudiantes durante su ciclo de formación
profesional. Camilo considera que ese fenómeno es necesario estudiarlo
con mayor detenimiento para establecer una tipología de los
comportamientos estudiantiles y de los niveles de madures y compromiso
real con los problemas y conflictos sociales. Creemos, dice Camilo,
que debemos tratar de estudiar un poco más el anticonformismo y para
eso dividirlo en tres clases generales: el anticonformismo utópico, el
anticonformismo por frustración y anticonformismo científico.
Permítaseme,
desde el pensamiento de Camilo Torres Restrepo, hacer un giro en la
denominación de estas tres clasificaciones sosteniendo el contenido dado
por Camilo a las mismas, pero suplantando el término de anticonformismo por rebeldía, lo
que en la práctica se transformaría para su caracterización en:
rebeldía utópica, rebeldía por frustración y rebeldía científica. Para
Camilo la mayoría de universitarios militan en un modelo de rebeldía que
se mueve entre la utopia y la frustración y, solamente una minoría,
tienen una rebeldía científica.
La rebeldía utópica
consiste en saber que hay que hacer algo por los demás porque la
situación muestra una realidad difícil pero, se carece del conocimiento y
los fundamentos científicos que le permitan entender la razón de esa
situación y, solamente llevado por una humanismo silvestre, cristiano
si se quiere, surge un modelo de rebeldía que expresa la necesidad de
cambiar las cosas que se saben existen, porque se ven, pero que se
desconoce de esas realidades las causas profundas y estructurales que
las generan. Desde los estudios hechos sobre el anticonformismo de los
estudiantes de la Universidad Nacional, Camilo señala que se descubrió
que había descontento, había inconformismo, había que hacer algo por
los demás, pero era una cosa bastante utópica porque no tenía las bases
científicas necesarias. Si a esas personas se les preguntaba cómo esta
repartido el ingreso nacional, como se puede salir del subdesarrollo,
qué es el subdesarrollo, qué corriente sociales existen en nuestro país,
como esta la repartición de la tierra. No lo sabrían. Para Camilo estos serian rebeldes un poco por instinto, pero sin bases científicas, no sabrían que su rebeldía, su inconformismo en
un país como el nuestro se puede sustentar con la ciencia y con la
técnica y que si profundizamos en cada una de las ramas, en la
sanitaria, en la producción agropecuaria o en cualquier otra, vemos los
efectos estructurales que imponen un cambio y que ese deseo de cambio es
el verdadero anticonformismo.
Para Camilo, la rebeldía utópica, el
anticonformismo utópico es inconformismo sentimental de solidaridad
humana, de altruismo, de generosidad juvenil, pero no está sustentado
con estudios y conocimientos que nos muestren que el anticonformismo es
solamente una cosa bonita, bien vista en la universidad, sino que es una
cosa necesaria en un país que necesita transformaciones radicales de
estructura.
El otro modelo es le de rebeldía por frustración que
es el que se presenta por las condiciones en que muchos estudiantes
tienen que vivir…hay muchos estudiantes que tienen dificultades de
vivienda, alimentación, para comprar libros…. Esto en un ambiente de
ciudad en donde hay tantos contrastes, en donde encontramos elementos de
cultura rural como en muchos barrios suburbanos de Bogotá y muchos
elementos de la más alta civilización industrial, lo que realmente
produce una cierta amargura, una frustración en muchos estudiantes, que
se revela por medio de ese anticonformismo, que es muchas veces
irracional. La rebeldía por frustración es
un poco más realista que la utópica, por lo menos tiene las bases
reales de la vida personal, sin embargo es de carácter más emocional que
racional.
Para Camilo estas dos clases de rebeldía, la utópica y la de frustración, se
atribuye el hecho de que la mayoría de los estudiantes pierde el
anticonformismo en el momento en que entran en juego factores
emocionales o intereses personales que los inducen a ser conformistas.
Cuando empiezan a ver la necesidad de un empleo, la urgencia de
encontrar una fuente de trabajo, de alcanzar prestigio, cuando ya tienen
un titulo universitario en la mano. El anticonformismo utópico
desaparece en la mayoría de los casos. Cuando el individuo encuentra que
ya esos obstáculos se han superado y alcanza una cierta capacidad
económica gracias a que es un profesional, desaparece en anticonformismo
de frustración. Por esta razón los profesionales son un elemento de
cambio mucho menos activo que los universitarios. Estos constituyen
factores efímeros porque su anticonformismo está basado en sentimientos o
en frustración personal no en un conocimiento autentico de la realidad
colombiana.
Camilo no ve otra opción para
canalizar la inconformidad juvenil que el desarrollo de una propuesta de
formación que genere rebeldía o inconformidad producida por el
conocimiento profundo de la realidad social, económica y política de la
nación a la luz del conocimiento científico y la investigación social.
Para él es el conocimiento de las causas profundas de la desigualdad y
la exclusión la que genera un autentico e irrenunciable compromiso con
la transformación de la realidad y la sociedad. Por eso señala: La universidad debe estructurar un anticonformismo, una rebeldía, científica dentro de los estudiantes. Para Camilo, toda
la orientación universitaria colombiana, la de los países
subdesarrollados y de los países latinoamericanos, debería estar
impregnada de la realidad nacional. Se habla ya, como un lugar común,
de que la universidad está de espaldas al país, en primer lugar
académicamente; es lógico que en un país en desarrollo muchísimos
elementos sean foráneos; tenemos textos de estudio generalmente escritos
fuera del país, muchos profesores graduados en el exterior con lo que
se corre el riesgo de estar formando profesionales que no sean para
Colombia. Esta percepción de Camilo merece una reflexión que
apunte al tema de la pertinencia no solo de los programas de estudio,
sino, de los enfoques con que se forman a los profesionales, fuera y
dentro del país.
Pero Camilo no se queda en la critica al
modelo de formación y de universidad sino que acuña una verdad elemental
en relación con el impulso de correctivos sobre la base del trabajo de
investigación sobre el conocimiento de la realidad y las necesidades del
país: Con un correctivo como la investigación, afirma Camilo, podríamos
realmente lograr la adaptación de todas las cátedras a la realidad
nacional. Si logramos que todos los profesores de la Universidad
Nacional (colombiana) investigaran, sus cátedras no fueran
solamente producción de manuales o de teorías, sino, la elaboración de
una nueva ciencia basada en la investigación de los problemas y las
necesidades del país; tendríamos un nivel de orientación académica fundamentalmente adaptado a las realidades nacionales. Para
Camilo la universidad tiene la responsabilidad de conectar la ciencia
con las realidades nacionales por medio de la investigación sin despreciar los aportes de la cultura universal en una xenofobia irracional.
El
llamado que nos hace Camilo es a cualificar la rebeldía universitaria
dándole un componente racional y científico que obligue ponderar el
compromiso con el conocimiento de la realidad y su transformación. Es
claro que Camilo reclama desde la inconformidad científica
de los estudiantes un nuevo modelo de liderazgo que se exprese desde el
conocimiento racional y científico de los problemas y haga a un lado el
sentimentalismo utópico y la frustración.
En la
coyuntura por la que atraviesa la educación superior es de primera
urgencia, para la MANE, tomar en consideración estas reflexiones de
Camilo que hacen parte de su pensamiento vivo. Las discusiones sobre
organización, representación y vocerías que se adelantan debería
reflexionar sobre estas ideas fuerzas en un periodo en que el país
espera ver florecer la inteligencia de sus jóvenes rebeldes en
propuestas concretas y pertinentes para la formulación de la política
publica en educación superior para el país.
Un dialogo Constructivo y violencia.
En 1964, en su escrito sobre critica y autocrítica,
Camilo aborda una interesante reflexión sobre el carácter positivo del
dialogo con el interlocutor y señala que en gran medida es de ese
dialogo que depende la ampliación o el cierre los escenarios
democráticos. A los estudiantes, dice Camilo, les gusta
escuchar, les gusta también preguntar, en una palabra les gusta
dialogar. El dialogo es una de las actividades principales del
estudiante. Debemos dar por seguro que al universitario no le gusta oler
formol, ni le gusta echar huevos a sus semejantes, ni gastar su tiempo
libre en exponer su seguridad personal a la furia de las bayonetas. En
teoría, dice Camilo, los universitarios deben estudiar, investigar, concurrir a clases y nada más. Pero, en un país lleno de desigualdades, exclusiones y represiones, los
estudiantes reúnen en si mismos dos cualidades que difícilmente se
encuentran juntas en otros grupos de la sociedad: un nivel cultural
relativamente alto y una cierta libertad con las estructuras imperantes y
con la minoría dirigente.
Estas dos características, afirma Camilo, producen
una rebeldía y un inconformismo en una sociedad cuyas estructuras
requieren un cambio fundamental. En las democracias más evolucionadas la
rebeldía y el inconformismo tienen canales de expresión…Cuando los
canales institucionales de expresión están obstruidos y el inconformismo
no puede expresarse a pesar de que aumente su intensidad, esta
intensidad tomara causes no previstos dentro de las estructuras
vigentes. Se presenta entonces el fenómeno de la violencia y, el gobierno, antes de estudiarlo, busca la represión como método exclusivo para tratar el mal. Para Camilo, la violencia surge cuando los canales de expresión de la inconformidad se cierran.
Para
Camilo un camino de diálogos constructivos puede dar origen a reformas
importantes que podrían evitar hechos de violencia, pero para ello se
requiere de una actitud abierta y autocrítica de los sectores dominantes
en relación con sus prácticas represivas y con la descalificación de
los medios del potencial de inteligencia de los sectores populares y de
los jóvenes. Lo que esta planteando Camilo es que en la medida en que se
cierra los espacios democráticos y se constriñen los canales de
expresión, disminuyen los entendimientos y se abren los ciclos de
violencia, que no solucionan los conflictos , sino que los agudizan.
Para Camilo, los
estudiantes son uno de los pocos grupos que tienen instrumentos de
análisis sobre la situación colombiana, de comparación con otras
situaciones y de información sobre posibles soluciones. Además, señala, el estudiante universitario - el de las universidades donde no hay delito de opinión- tiene simultáneamente dos privilegios: el
de poder ascender en la escala social mediante el ascenso en los grados
académicos, y el de poder ser inconformes y manifestar su rebeldía sin
que esto impida este ascenso. Esto ha hecho que los estudiantes sean un
elemento decisivo en la revolución latinoamericana.
No
obstante lo anterior, Camilo reclama a los estudiantes, un mayor
compromiso que el que han tenido históricamente y que se ha reducido en
primer instancia a la agitación, en segunda instancia y con menor efectividad a la organización y en tercer instancia, con contadas excepciones, al compromiso en la lucha directa por las transformaciones estructurales del país: En
la fase de agitación de la revolución, la labor estudiantil ha sido de
gran eficacia. En la fase organizacional su labor ha sido secundaria…En
la lucha directa…el papel tampoco ha sido determinante. Dice Camilo.
Hoy
es muy importante hacer una lectura creativa del mensaje de Camilo a
los estudiantes y rescatar de allí, lo que el contexto actual y el
desarrollo del conflicto colombiano reclama como vigente, señalar por
ejemplo que una de las causas para que la contribución de los
estudiantes a los cambios estructurales de la sociedad colombiana sea
insuficiente, transitoria y superficial obedece a la falta de compromiso del estudiante en la lucha económica, familiar y personal: a que su inconformismo tiende a ser emocional o puramente intelectual y que este desaparece cuando termina la carrera y se desvincula del escenario universitario. Camilo señala que el país le esta exigiendo a los jóvenes una entrega total, que supere la palabrería y las buenas intenciones, la gritería, las pedreas y las manifestaciones esporádicas para que haga una presencia efectiva, disciplinada y responsable al lado de la clase popular, los obreros y campesinos…
es necesario, plantea Camilo, que la convicción revolucionaria del
estudiante lo lleve a un compromiso real e irreversible, en el que
siendo profesional no podrá volverse atrás sin una flagrante traición a su conciencia, a su pueblo y a su vocación histórica.
La
invitación que hace Camilo a los estudiantes es contundente y, no es
precisamente que se vinculen a la lucha armada, desde donde hace este
llamado, es a que contribuyan con convicción y compromiso a resolver los
problemas del momento histórico que les ha correspondido vivir desde
una concepción revolucionaria: quiero solamente exhortar a los
estudiantes que ellos tomen contacto con las autenticas fuentes de
información para determinar cual es el momento, cual su responsabilidad y
cual tendrá que ser en consecuencia la respuesta necesaria... Si ellos
“asciendan a la clase popular”, sin ninguna clase de paternalismos, con
el animo más de aprender que de enseñar, podrán juzgar objetivamente el
momento histórico. Sería,…estéril y desgraciado que los estudiantes
colombianos que han sido la chispa de la revolución permanecieran al
margen de ésta por cualquier causa; por falta de información, por
superficialidad, por egoísmo, por irresponsabilidad o por miedo.
Esperemos que los estudiantes respondan a la llamada que les hace la
patria en este momento transcendental de su historia y que para eso
dispongan su ánimo para oírla y seguirla con una generosidad sin límite.
La patria ha colocado hoy a la juventud universitaria frente a un reto histórico y revolucionario: pensar
y construir en un escenario de profundización de la democracia, con
todos sectores de la sociedad colombiana, un modelo de educación
superior pertinente para el país y al servicio de la solución de los
problemas fundamentales de la nación colombiana. Esa es su tarea revolucionaria en este momento histórico.
Reseña bibliográfica. Para
la escritura de este documento se tomaron en consideración los escritos
de Camilo Torres Restrepo desde 1947 hasta 1966, en el proceso de
maduración y depuración de su pensamiento, así como en las
transformaciones radicales que sufrió el mismo. Fueron especialmente
importantes los documentos compendiados en el texto Camilo Torres y la Universidad Nacional de Colombia,
de la compilación y edición hecha por el profesor Mario Aguilera Peña,
durante la rectoría de Víctor Manuel Moncayo. De estos documentos fueron
esenciales Camilo opina sobre la vida universitaria , 1947; Los problemas sociales en la universidad actual, 1956, La universidad y el cambio social, 1964, Critica y Autocrítica, 1964 y Mensaje a los estudiantes, 1965. Todo el texto en cursiva corresponde a esos documentos y es la voz viva de Camilo.
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