EL SIGUIENTE ARTÍCULO FUE ENVIADO POR CRISTIAN CASTAÑO PARA LA CAMPAÑA REPORTAJE REBELDE. ENVIANOS TUS ARTÍCULOS A reportajerebelde@gmail.com
¡Todavía tenemos el ideal de finca en nuestra cabeza!
¡Todavía tenemos el ideal de finca en nuestra cabeza!
Lxs estudiantes preferimos no mezclarnos con esa turba de
bribones que rompen las ventanas del honesto negocio de Luis Carlos Sarmiento,
aquel adalid de ilustrados que parió la Universidad cuando era de la
"gente de bien". Preferimos no juntarnos con esa masa repugnante de
mechudos y piojosos que no saludan ni le muestran el carné al celador, que se
encapuchan, que escupen arengas odiosas y resentidas, ¡uy no, qué peligro por
Dios!, ¡Cómo quieren que les den educación si mire cómo se comportan!
Benditos y añorados tiempos aquellos en los que la gente de
capa era la que recibía las oficinas con sillones de cuero del Estado, cuando
el “buen hacer” era la regla para las recompensas a esas joyas de las familias
bogotanas, esos muchachitos que consumían la mejor literatura, que se embebían
en la lectura de los poemas de Homero y de Virgilio, que recitaban pasajes completos
de Lope de Vega, que estudiaban Derecho y que eran personas de "buen
entendimiento", quienes con la oratoria magnánima reducían multitudes
bárbaras como con cantos de sirena. Esos piojosos inmundos que salieron a marchar
hoy, ¿cómo reclaman educación si no saben respetar la gente inteligente, la
gente próspera y bendecida por el favor de Minerva?, qué educación van a querer
recibir eso hijos de placeras, lichigos y tenderos de barrio con barriga
pocholera. Esos lo que buscan son excusas para sacar a relucir su odio contra
la gente decente, para sumergirse en esa ola de éxtasis ácrata e indignante que
los hace tan felices. ¿Qué pasó con el Búho de Greiff?, ¿qué fue de aquella
ciudad blanca de paredes diáfanas e impolutas en la que estudiaron las jóvenes
esperanzas de los partidos históricos?....
Moraleja: Hay que
comportarse bien para exigir educación, respetar al patrón , a nuestro
benefactor.... esa es la mentalidad de finca que se incrusta en los corazones
modernos y posmodernos del joven estudiantado colombiano, ostentoso de su saber
pero embarazado de por vida, repleto de suntuarios conocimientos; un
estudiantado en cinta que nunca llega a parir nada, a parte de exclamaciones de
admiración en las discusiones inútiles e hidalgas que se fraguan en las
cafeterías derruidas por la humedad, por la falta de mantenimiento y de
financiación que destruye la Universidad. Esos focos cibernéticos de la
reacción (como me hizo notar un querido amigo) que se encuentran en Facebook y que se burlan de las actuaciones
“vergonzosas de los mamertos de la U. pública”, son la muestra de esa
mentalidad de clase media que existió en la Alemania de Bismarck , que se
pretendía burguesa pero que quería títulos de nobleza; una muestra de esa
mentalidad mediocre, mentalidad de iglesia, propia de monaguillos o de Santo
Domingo sabio, el niño santo que se dice que se percignaba cuando en la calle
alguien gritaba una grosería.
Esas páginas y
espacios (legítimos por supuesto) son focos de expresión de eso hijos de mami
que les iba bien en el colegio, que sacaban buena nota, que no prestaban la
tarea, que se destacaban por su incansable trabajo, que seguían las reglas,
lambones con las directivas, aquellos exmiembros del coro de la iglesia que
sentían un profundo deseo de justicia y que regalaban mercaditos en nombre de
Dios. Esos son los estudiantes que arguyen cosas ridículas contra los
encapuchados que rompieron vidrios en la marcha, que pintaron la ciudad de feos
colores. Estudiantes con mentalidad de peones, que se juegan el honor y el
prestigio, que se comportan bien y son prudentes para recibir recompensas trascendentales,
niños y niñas educadxs en la prudencia, que como advertía Carlos B. Gutierrez
en una conferencia sobre Heidegger, es una palabra que en colombiano significa
“hipocresía oportunista”. Peones listos para la reacción y para la denuncia de
los atentados a la buena moral pública; esos son lxs estudiantes de la mejor
Universidad del país, que se deshacen de risas en los comentarios de las fotos
de ciertas páginas que, aunque
divertidas e ingeniosas, sólo refuerzan los prejuicios contra la Universidad
pública en la que estudian, Universidad que no hace méritos para ganarse
desprecios tan anacrónicos como los que esgrimen los pensionados que se
ruborizan frente a las arengas que cantamos en la séptima subiendo a la plaza de Bolívar.
Y tú, Cristian, en vez de ir a sacarlos de su encasillamiento, decides atacarlos con cinismo y encasillarlos más. Tomemos dos posibilidades: o son inteligentes o son brutos. Si son inteligentes, lo mejor que puedes hacer es intentar una conversación horizontal y convencerlos con el discurso de tus ideas. Pero claro, la verdad no existe, así que debes estar dispuesto a escuchar sus ideas también.
ResponderEliminarSi son brutos, lo mejor que puedes es ir a enseñarles y mostrarles el camino. Grítale a alguien que es bruto, a ver cuánto más bruto se va a volver, sin querer escuchar. Pero haz un ejercicio que ellos no hacen, y si hacen parece que nada logran: ponte en sus zapatos. Entiende cómo fueron criados, entiende cómo piensan y cómo sienten. Y una vez lo entiendas, anda y diles lo que tengas que decirles. Pero con amor y paciencia. Como dijo Iván Cepeda hoy: La ciencia de la paz, la paciencia. Cómo hace de falta alguien que en vez de separar más, una. Que en vez de encasillar más, libere.