El pasado martes 23 de agosto las calles y hogares de las localidades de Ciudad Bolívar, Kennedy, Bosa y Tunjuelito de la ciudad de Bogotá, quedaron infestados de amenazas de muerte. Por medio de un panfleto, 12 organizaciones culturales fueron víctimas de intimidaciones y amenazas por parte de las “Águilas Negras, Bloque Capital”, quienes en el comunicado exigían a los miembros de los grupos artísticos abandonar la ciudad en menos de 8 días. Entre las organizaciones se encuentran la Fundación Cultural Teatrama, Fundación Cultural Tea Tropical, Fundación Disidencia Teatro, Fundación Reciclarte, Rundación Cultural Súmmumdraco, Fundación Cultural el Contrabajo, Corporación Teatro del sur, Corporación Cultural Odeon, Fundación Cultural Teatrazos, Teatro Ciclo Vital, Fundación Piedra Papel y Tijera y el Colectivo Artístico Bogotá dual.
Este tipo de situaciones son producto de un Estado que gobierna bajo la política del terror, que busca extinguir cualquier método de oposición y resistencia, acallar cualquier forma de creación de conciencia y pensamiento crítico, eliminar cualquier tipo de trabajo donde se construya una nueva sociedad y una nueva cultura. Sin duda alguna, es una clara muestra de que los paramilitares en Colombia no han dejado de existir, que aún amenazan, desaparecen y asesinan, respondiendo a las sucias políticas del gobierno de turno, como lo dirían de una manera contundente en su comunicado: “Hoy damos inicio de limpieza a todas las sucias organizaciones que se interponen en nuestro paso (…) por medio de expresiones artísticas y que se oponen a las políticas de nuestro gobierno”.
En repudio de dichas amenazas y por la libertad de expresión el 30 de agosto, centenares de artistas de toda la ciudad salieron a manifestarse, uniendo sus gritos en una sola vos de protesta contra todas aquellas formas de violación de derechos humanos a las personas que por medio del teatro, la danza, la música, los malabares, los cuentos, entre otros, trabajan por la construcción de una nueva cultura donde estas expresiones sean parte fundamental para la constitución del hombre y la mujer nueva y la transformación total de la sociedad. La comparsa se llevo a cabo por toda la carrera séptima desde la plaza de toros, en una colorida muestra de indignación y rechazo.
La respuesta del gobierno ha sido la “protección” de todos los miembros de las organizaciones amenazadas, por medio de cartillas, instrucciones de movilidad y más militarización!, que como hemos visto por hechos anteriores como el protagonizado por Diego Becerra, joven asesinado por un policía cuando intentaba plasmar sus ideas sobre una pared, de ninguna forma responden a las necesidades de seguridad de los artistas y por el contrario extienden una cortina de humo sobre el verdadero problema y la búsqueda del esclarecimiento real de los hechos. Las Águilas Negras Bloque Capital y todos los nacientes grupos de paramilitares (Bacrim como el Estado y los medios masivos de comunicación han optado por llamarlos en un evidente esfuerzo por ocultar su consolidación y expansión) son una clara muestra del control que los paras han comenzado a ejercer en las ciudades del país, buscando control territorial y ganancias lucrativas (a través de narcotráfico, vacunas, secuestros) para la intimidación y eliminación de movimientos sociales, luchadores populares, defensores de derechos humanos, sindicalistas, estudiantes, artistas, campesinos y cualquier otro sector que oponga resistencia.
Las amenazas se siguen multiplicando, hoy no son solo los artistas los que denuncian los múltiples atropellos de la política del miedo, miles de compañeros y compañeras amenazados, exiliados o en prisión siguen levantando su vos de protesta contra un gobierno que no da la mínimas garantías para sobrevivir en una sociedad donde pensar diferente es un delito y se castiga con la muerte.
Para ver el cubrimiento fotografico sobre la marcha en apoyo a la vida visita
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.186273251445012.46751.100001870148485
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