Por estos días, además de la violación de derechos humanos por parte del Esmad a trabajadores, estudiantes, campesinos, pobladores y demás miembros de la población que resisten hoy a la explotación laboral, a los precarios salarios, a la mercantilización de la educación, al despojo de tierras, se ha hecho mucho más visible la sistemática violación de derechos humanos por parte de las multinacionales, que legalizadas y legitimadas por el Estado, han arrasado con los recursos naturales de los municipios, obligan al desplazamiento de los habitantes, han dejado sin trabajo a más de un centenar de hombres y mujeres y los que aun siguen laborando, lo hacen en condiciones indignas, con míseros salarios, extensas jornadas laborales, pésimas condiciones de higiene y salubridad en los alojamientos, sin afiliación a seguro social y riesgos profesionales, sin contratación directa y explotando sus recursos naturales, cuyas ganancias paran en las manos de los grandes capitalistas dueños de las multinacionales.
En Puerto Gaitán y Campo Rubiales se vivio una intensa y justa jornada de lucha y resistencia frente a las problemáticas que viven los trabajadores y pobladores de la región, que como se ha denunciado, fue duramente reprimida por el gobierno representado en sus fuerzas policiales: los asesinos del Esmad, quienes en las últimas horas han sido los protagonistas de los más violentos ataques contra toda la población inconforme con un Estado que responde a las lógicas económicas y políticas del imperio y sus multinacionales, del mercado y la privatización de las universidades, de la guerra y el desplazamiento, robo y despojo de tierras.
Esta semana se conoció la noticia que la empresa canadiense Gran Colombia Gold, actualmente la mayor productora de oro y plata bajo tierra en Colombia, hizo el despido masivo en Segovia (Antioquia) de aproximadamente 620 trabajadores mineros, para reducir gastos y aumentar la producción (porque como lo que importa es la acumulación de capital e importa un carajo el bienestar de los trabajadores y pobladores, y si no son los despidos masivos, emplean la disminución de salarios, los contratos temporales y tercerizados, o todas estas medidas al mismo tiempo, en pro de que las ganancias de la multinacional no disminuyan).
Por otro lado, desde el 2009 los pobladores de Marmato, Caldas, vienen denunciando las precarias condiciones en las que viven actualmente debido a la incursión de la multinacional aurífera Medoro Resources (fusionada con la Gran Colmbia Gold) en sus tierras. Los habitantes están siendo obligados a abandonar sus predios pues son ampliamente codiciados por las multinacionales y está en alto riesgo de convertirse en un problema de desplazamiento forzado. También denuncian que acabaron con la minería artesanal, la cual serbia de sustento a centenares de familias, se apropiaron de las minas señalando a los mineros de saqueamiento ilegal, y mínimo por 20 años (según los objetivos de la misma multinacional, cuyo megaproyecto de explotación de oro a cielo abierto, implica la desaparición de Marmato) se apropiaran de toda la riqueza de Marmato y su población.
No siendo suficiente, ante cualquier muestra de inconformismo y resistencia, optan por acallarlos con la muerte, lo que sucedió con el párroco del munipio Reynel Restrepo el 1 de septiembre de este año, quien lideraba la oposición a la multinacional.
Lo único que dejan las multinacionales en el país y en los municipios donde abruptamente son instaladas, es pobreza, desplazamiento, desperdicio de los recursos naturales, muerte, desapariciones, desolación y un sinnúmero de violaciones a los derechos humanos en nombre de la burguesía y el capital.
Extendemos nuestra vos de solidaridad a las compañeras y compañeros trabajadores, uniéndonos a sus justas luchas y repudiando toda forma de represión por parte del Estado y las multinacionales!
¡QUEREMOS CHICHA QUEREMOS MAIZ, MULTINACIONALES FUERA DE PAÍS!
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